Desde la Antigüedad se reconoce al signo de Cáncer como el lugar de entrada de las almas y al de Capricornio como el de su salida. Como sabemos, este eje de nacimiento-muerte tiene su expresión en las casas astrológicas correspondiéndose con la IVª y Xª.
Al mismo tiempo, también está presente la noción de ser la madre la que da el hijo a la vida y el padre quien lo recoge en la muerte. (En este mismo orden de ideas la Pietà de Miguel Ángel constituiría una aberración.)
Luego, ¿cómo es que inversamente asociamos la IVª casa con el padre y la Xª con la madre de un nativo?
Yo creo que no es lo mismo lo que comentas de entrada-salida de las almas, con la encarnación del alma, que es el Ascendente. Casa X sería el destino, el movimiento de ese alma (ascendente), pero no el alma en sí misma.
Por eso se asociaría X con el trabajo, lo que hace la persona, no lo que es. Yo creo que eso es un poco lo que se mostraría en el mito de Er, en el que creo que se habla de las puertas del cielo que comentas, que muestra a las almas escogiendo su destino, pero no su naturaleza (que la daría el ascendente).