Publicados orginalmente el sábado 27 y el martes 30 de Novembre de 2010 en


Antes de recibir el nombre tenía la designación provisional de 2003 UB313, que es una matrícula atribuida automáticamente de acuerdo con el protocolo de la Unión Astronómica Internacional (UAI) para los planetas más pequeños. Sin embargo, la probabilidad de que ese cuerpo celeste fuera clasificado como un planeta llevó a que la UAI no autorizara ningún nombre, dado que no era claro se sería clasificado como un planeta principal o no. Si fuera, la UAI sólo aprobaría nombres de la tradición greco-romana, tal como acontece con todos los otros planetas del Sistema Solar. La indecisión llevó a que el nombre "Xena" (un supuesto personaje de la mitologia griega) fuera adoptado popularmente como alcunha; ese supuesto personaje mitológico fue creado especialmente para la serie televisiva Xena, La Princesa Guerrera. Uno de los nombres más sugeridos para Éris era el de Perséfone (la Proserpina romana), mujer de Plutón.

 

 

 



Un grupo de científicos formado por Michael Brown, Chad Trujillo y David Rabinowitz, utilizando el observatorio instalado en el monte Palomar en California, barrían el cielo en busca de grandes cuerpos celestes en el sistema solar exterior. Descubriéndose, así, varios planetoides, tales como Quaoar, Orco y Sedna.
Observaciones de rutina hechas el 21 de Octubre de 2003, encontraron un nuevo cuerpo celeste; pero debido,  a su movimiento extraordinariamente lento, no fue dado como candidato, dado que el sistema de busqueda automática en imágenes excluía todos los astros que se movieran a menos de 1,5 arcosegundos por hora, como forma de reducir el número de falsos candidatos.





Pero, Sedna fue descubierta al moverse a sólo 1,75 arcosegundos por hora, lo que llevó al equipo a decidir re-analizar manualmente datos ya registrados, considerando un valor más pequeño de movimiento angular. El 5 de Enero de 2005, este nuevo análisis reveló la existencia de Éris confirmando su lento movimiento por el espacio.







El nuevo astro, con una magnitud aparente de cerca de 19, es suficientemente brillante para poder ser visto incluso con un telescopio modesto. La inclinación de su órbita es responsable de no haber sido descubierto hasta entonces, dado que la mayoría de las investigaciones para cuerpos del sistema solar exterior se concentran en el plano eclíptico, en el cual se  encuentran la mayoría de los cuerpos del Sistema Solar, incluyendo la Tierra.




Observaciones subsiguientes fueron llevadas a cabo, con el fin de estimar la distancia y el tamaño, lo que llevó a que su descubrimiento no fuera anunciado antes de haber sido determinadas con mayor exactitud la dimensión y la masa de Éris.



Sin embargo, fue intempestivamente anunciado, por otro grupo en España, el descubrimiento de un cuerpo celeste llamado 2003 EL61, precisamente el mismo que el equipo norteamericano estaba observando, lo que llevó  a éste a acusar el grupo español de falta de ética y de anunciar, de forma precipitada, el descubrimiento de Éris el día 29 de Julio de 2005. El mismo día, otros grandes planetoides fueron anunciados: 2003 EL61 y 2005 FY9, provocando confusión en la prensa con una serie de descubrimientos importantes a la vez.



 


A pesar de  haber sido descubiertos previamente grandes planetóides en el Cinturón de Kuiper, eran todos menores en dimensión cuando se les comparaba con Plutón. Por el contrario, Éris se reveló mayor, lanzando el debate sobre su categorización como décimo planeta, tal como era pretendido por sus descobridores, o como un simple planetóide.




La indefinición se prolongó por mnchos meses, creándose  discordia entre los astrónomos sobre su aceptación como  planeta. Poco tiempo después, en el encuentro de la UAI no hubo consenso en cuanto a la categorización de este nuevo mundo como planeta principal. Sin embargo, once de los diecinueve miembros apoyarían que fuera categorizado como planeta, mientras que 6 miembros propusieron que se redujera el número de planetas principales hasta ocho, retirando también el estatuto a Plutón. Hasta la decisión final, que todos los cuerpos celestes que orbitasen más allá de Plutón serían clasificados sólo como objetos transneptunianos.



 


La UAI mantuvo una reunión general en Agosto de 2006: en la propuesta inicial sobre la definición del término "planeta", Éris sería categorizado como un planeta. Sin embargo, la presión de un grupo de astrónomos consiguió que una nueva definición fuera escrita, que acabó por ser aprobada unánimemente, expulsando a Éris, Ceres y Plutón como planetas y otorgándoles el nuevo denominativo, creado para un nuevo grupo de cuerpos celestes de similares características, de "planetas-enanos", que no son reconocidos como planetas principales. Éris recibió el nombre de la diosa griega de la discordia.



Con el descubrimiento de Disnomia, un satélite de Eris, Michael Brown y Emily Schaller, astrónomos del Instituto de Tecnología de California, pudieron medir la masa del Eris con ayuda del telescopio espacial Hubble.

 
Eris tiene aproximadamente 27% más masa que Plutón según los investigadores, que publicaron sus trabajos  en  la revista "Science".

 




Geología planetaria


Éris es el mayor cuerpo celeste conocido más allá de la órbita de Neptuno, luego, mayor que Plutón. Tal como Plutón, está compuesto de una mezcla sólida de hielo y roca. Ambos pueden ser vistos como objetos del Cinturón de Kuiper o como planetas helados, a pesar de ser Éris del tipo disperso, o sea, que habría sido formado en la parte interior del Cinturón, pero posteriormente sería expulsado a una órbita más distante debido a una posible influencia gravitacional de Neptuno.




El albedo de Éris no es aun totálmente conocido y su tamaño real no puede ser determinado con exactitud, los astrónomos calcularon que, en una conjetura extrema, si Éris reflejase toda la luz que recibe, sería aún así mayor que Plutón (2390 km).


Para ayudar a determinar mejor la dimensión de este objeto celeste, fueron hechos análisis preliminares recurriendo a las observaciones hechas con los telescopios espaciales: el Spitzer y el Hubble. El primer telescopio indicó que Éris sería 20% mayor que Plutón (2274 km); el segundo indicó que sería sólo 1% mayor indicando un albedo extraordinariamente elevado.




En Febrero de 2006, un artículo de la revista "Nature" de la autoría de un grupo de científicos alemanes indicó que Éris tiene 3000 km ±300km ±100km, o sea, algo menos del tamaño de la Luna y 30% mayor que Plutón. Para determinar el diâmetro, el grupo usó observaciones de la emisión térmica de Éris. 

 
Estos científicos determinaron que el albedo es muy semejante al de Plutón, o sea, es de 0,60 ± 0,10 ± 0,05. Sugiriendo que sea el metano quien cause que su superficie helada sea bastante reflectora.

 
Éris parece ser algo análogo a Plutón y a Tritón (la gran luna de Neptuno) debido a la presencia en su superficie de hielo de metano.

 

 

Al contrario del aspecto bermejo de Plutón y Tritón, el planetóide Éris parece ser ceniciento. Esto parece ser debido a la enorme distancia de Éris con relación al Sol lo que permite que el metano se condense, cubriendo uniformemente toda la superficie.

 
El metano es muy volátil y su presencia muestra que Éris se mantuvo siempre en los confines del Sistema Solar, o sea, siempre fue un mundo extremadamente frío manteniendo hielo de metano. O, tal vez, disfrute de una fuente interna de metano que libere el gas a la atmósfera; nótese que 2003 EL61, otro cuerpo celeste de la misma zona del sistema solar, reveló la presencia de hielo de agua, pero no de metano.

 
Datos no oficiales consecuencia de las observaciones realizadas con el concurso del telescopio Hubble indicaron que Éris tendría un albedo elevado, sugiriendo que la superficie está compuesta por hielo fresco.



Atmósfera y clima

 
A pesar de  encontrarse Éris aproximadamente tres veces más alejado del Sol que Plutón, se supone que está lo suficientemente cerca como para que parte de su superficie se descongele y forme una fina atmósfera; sin embargo hasta el momento no hay confirmación de este hecho. 

 
Debido a que su órbita se aproxima hasta 37,8 UA del Sol y se distancia hasta 97,61 UA, las temperaturas deben variar entre -232 y los -248 grados célsius.

 
Éris está tan alejada del Sol que este último, en los cielos de aquel mundo, deberá aparecer sólo como una estrella brillante.
 
 
 
 
 
Satélite   

 
La luna de Éris, Disnomia, fue descubierta a 10 de Septiembre de 2005. Se estima que Disnomia sea ocho veces más pequeña y sesenta veces menos brillante que Éris y que su periodo orbital dure  cerca de catorce días.

 
El sistema Éris-Disnomia parece ser semejante al sistema Tierra-Luna, siendo más reducidas las dimensiones  de ambos objetos. Disnomia está diez veces más próximo a Éris,  que la Luna de la Tierra, a pesar de ser ocho veces más pequeño que nuestra Luna. 



 
Eris (pintura ateniense, c. 575-525 a. C.).



En los Trabajos y días, Hesíodo distingue dos diosas diferentes llamadas Eris:


Así que, después de todo, no había un único tipo de Discordia, sino que en toda la tierra había dos.

Respecto a una, el hombre podía elogiarla cuando llegaba a conocerla, pero la otra era censurable. Ambas son de naturaleza completamente diferente.








Una fomenta la guerra y batalla malvadas, siendo cruel: ningún hombre la ama; pero por fuerza, debido a la voluntad de los dioses inmortales, los hombres pagan a la severa Discordia su deuda de honor.




 


Símbolo astrológico de Eris   


La otra es la hermana mayor de la oscura Noche (Nix), y el hijo de Cronos que se sienta en alto y mora en el éter, extendidas sus raíces en la tierra: y es mucho más amable con los hombres. Incluso logra que los perezosos trabajen duro; pues un hombre se vuelve ansioso por trabajar cuando tiene en cuenta a su vecino,  rico que se apresura por arar y plantar y poner su casa en orden, y el vecino compite con su vecino en apresurarse tras la riqueza. Esta Discordia es sana para los hombres. Y el alfarero se enfada con el alfarero, y el artesano con el artesano, y el mendigo envidia al mendigo, y trovador al trovador.
 
En la Teogonía Hesíodo habla menos amablemente de Discordia, hija de la Noche, al engendrar otras personificaciones:


Por su parte Eris (Discordia) parió al doloroso Ponos (Pena), a Lete (Olvido) y a Limos (Hambre) y al lloroso Algos (Dolor), también a las Hisminas (Disputas), las Macas (Batallas), las Fonos (Matanzas), las Androctasias (Masacres), los Odios (Neikea), las Mentiras (Pseudologos), las Anfilogías (Ambigüedades), a Disnomia (el Desorden) y a Ate (la Ruina y la Insensatez), todos ellos compañeros inseparables, y a Horcos (Juramento), el que más problemas causa a los hombres de la tierra cada vez que alguno perjura voluntariamente.
 
La otra Discordia es presumiblemente la que aparece en la Ilíada de Homero como hermana de Ares y por tanto probable hija de Zeus y Hera:


Discordia, insaciable en sus furores, hermana y compañera del homicida Ares, la cual al principio aparece pequeña y luego crece hasta tocar con la cabeza el cielo mientras anda sobre la tierra. Entonces la Discordia, penetrando por la muchedumbre, arrojó en medio de ella el combate funesto para todos y acreció el afán de los guerreros.
 
Al principio del Libro XI, Zeus la envía para provocar a los aqueos.
 
La leyenda más famosa protagonizada por Eris cuenta cómo inició la Guerra de Troya. Tanto los dioses y diosas como diversos mortales fueron invitados a la boda de Peleo y Tetis (que luego serían padres de Aquiles). Sólo la diosa Eris no fue invitada debido a su naturaleza problemática. Así que Eris (en un fragmento de la Cipria, como parte de un plan urdido por Zeus y Temis) apareció en la fiesta con la Manzana de la Discordia, una manzana dorada con la palabra kallisti (‘para la más hermosa’ o ‘para la más bella’) inscrita, que arrojó entre las diosas provocando que Afrodita, Hera y Atenea la reclamasen para sí, iniciándose una riña. Zeus, para no tener que elegir entre las diosas, puesto que una era su esposa y otra su hija, encargó ser juez a Paris. Entonces Hermes le transmitió al desventurado Paris, príncipe de Troya, que tendría que elegir a la más hermosa. Siendo como era la moralidad mitológica griega, cada una de las tres diosas intentó sobornarle para que la eligiera: Hera le ofreció poder político, Atenea le prometió destreza militar y Afrodita le tentó con la mujer más hermosa de la tierra, Helena, esposa de Menelao de Esparta. Siendo Paris un joven apasionado, y aunque no se sabe cuánto tiempo meditó sobre la cuestión, terminó por conceder la manzana a Afrodita, raptando luego a Helena y provocando así la Guerra de Troya.
 
En Las dionisíacas, Nono de Panópolis cuenta que cuando Tifón se prepara para luchar con Zeus:
 
Eris era la escolta de Tifón en el enfrentamiento, Niké llevó a Zeus a la batalla.
 
Éris era la Diosa de la Discordia. El planeta fue llamado así porque su descubrimiento lanzó la polémica entre los astrónomos en cuanto a la definición de  planeta, y causó indirectamente, la pérdida de estatutus de Plutón de "planeta" en "planeta enano". En la mitologia griega es famosa por haber causado, indirectamente, la Guerra de Troya. Era también conocida por acompañar a su hermano Ares (Marte) en el campo de batalla y, aunque los otros dioses se retiraban, ella quedaba regocijándose con la matanza.
 
Eris tiene un satélite, Disnomia. En realidad ambos cuerpos forman un sistema.
 
En la mitología griega Disnomia era el demonio o espíritu que personificaba el desorden civil y la ilegalidad y otros grandes males de la humanidad, Disnomia era hija de Eris, la discordia, sin que se le atribuya padre alguno.

 
En su actuar era compañera de Adikia (la injusticia), de Ate (la ruina) y de Hibris (la violencia), siendo su demonio opuesto Eunomia (el orden cívico). Así lo narraba Solón, que describió los grandes males que este espíritu había traído a los atenienses, en contraposición de los beneficios que traería la legislación y el orden en la ciudad.


 


 
 

Nix y Eris

Pasando revista a los descendientes directos de Caos, nos encontramos con Nix, una de las primeras hijas. De hecho, en algunos mitos previos y poemas, se la considera como anterior incluso a Caos, parte del origen mismo.




   
El culto a Nix estaba extendido por diversas zonas de Grecia, e incluso de Asia Menor. Además de eso, tiene una gran importancia en los muy misteriosos cultos órficos. Existen abundantes poemas de este tipo en los cuales se la describe como a una diosa provista de un par de alas negras (que se identifican como atributo), habitando el Averno durante el día, para, al anochecer, salir a extender su reinado.

Nix se une a su hermano Érebo, otro de los descendientes de Caos, y aparecen éter y Hémera. Sin embargo, en otras versiones, encontramos referencias a otros dioses engendrados por Nix sin que aparezca varón en la concepción: Momo (la Culpa), Filotes (el Cariño), Ceres (la Condena; no confundir con la Ceres de la mitología latina, que tiene equivalente en Deméter), Geras (la Vejez) y Apate (el Engaño).

Nix engendra en solitario a una diosa que no será muy amada por los humanos, cuyo simple nombre inspirará temor: Eris, la Discordia. Esta divinidad tiene como misión la de sembrar, efectivamente, la discordia entre los hombres. Pero es astuta y sutil. Nunca se muestra directamente ante los seres humanos, sino que los envenena haciendo que se sientan demasiado orgullosos de sí mismos, provocado que caigan en la prepotencia y en las ideas de superioridad. De este modo origina todo tipo de envidias y disputas entre las personas, y se crece en ello. Es una diosa de la discordia, y esto se manifiesta en su propio aspecto. Además, se cree que influye en el interior de los hombres y es causa de tristezas e incluso de locura, además de todo tipo de malestares físicos.
 
 
 



Eris es causa de uno de los episodios mitológicos que más páginas han hecho llenar, tanto a poetas como a estudiosos: la Guerra de Troya. Aunque (como en todo conflicto de importancia) hay todo un revuelo en torno a quién tiene la culpa de que se inicie (que si el seductor Paris, que si la complaciente Helena, que si el incauto Menelao, que si el inconsciente Príamo, que si la maquinadora Afrodita, que si el ambicioso Agamenón), en el origen último está Eris.


Eris, como creo que ya ha quedado sentado, no es una diosa muy agradable. Desde luego, no es la clase de invitado de una boda que alguien desearía, siempre y cuando quiera que la ceremonia vaya bien. Esto es lo que piensan Peleo y Tetis (padres de Aquiles) a la hora de organizar su matrimonio. Por ello, no incluyen a Eris en la lista de invitados. Y la diosa, por evidentes razones, se enfurece. Al banquete son invitados un gran número de divinidades. Cuando la festividad está ya muy animada, de repente cae sobre la mesa una manzana dorada (¿recuerdan aquello de la manzana de la discordia?) con una inscripción: "Para la más bella". Nada pasaría de no ser porque Hera, Atenea y Afrodita se abalanzan al mismo tiempo sobre la fruta. Pronto comienzan a discutir por ella, y el conflicto sube de tono. Ante el temor de que las diosas lleguen a las manos, los presentes les proponen que sea un mortal quien juzgue cuál de ellas es la más hermosa.


    
 
 
 
 
Pero, ¿qué mortal? Se deciden por Paris, un tierno príncipe adolescente que cría rebaños en el monte Ida, cerca de Troya (si recordamos a Ganimedes, debe de ser cosa de familia). El chico se asusta al ver aparecer a las tres divinidades acompañadas de Hermes. Hera, decidida a hacerse con la victoria, le promete poder y soberanía si le entrega a ella la manzana; Atenea se decide por ofrecerle sabiduría. Pero Afrodita vence al jurarle que le entregará el amor de la mujer más bella del mundo. Y esa mujer es Helena, legítima esposa del rey espartano Menelao.







Comentario


Eris se descubre el 21 de Octubre de 2003, justo cuando el Sol  ingresaba en el signo de Escorpio,  en ese momento el "nuevo"astro transitaba en 20º2' el signo de Aries. Ambos hechos aparentemente casuales conducen directamente al planeta Marte.


La imágen mitológica de Eris como Diosa de la Discordia y el hecho de retar mediante el provocador acto de lanzar la manzana (Venus) dorada para dirimir una disputa, no dejan de ser  actos inequivocamente marciales.


Sabemos que Marte tiene dos domicilios zodiacales: Aries (diurno) y Escorpio (nocturno), éste último lo comparte con la también regencia escorpiniana de Plutón - Hades. 





Observando la conocida figura de las regencias tradicionales de los planetas sobre los signos, no podemos negar que por simetría parecen faltar regencias dobles para algunos, vemos como Sagitario, Capricornio y Aries son gobernados por un sólo regente, mientras Escorpio, Acuario y Piscis lo son por dos, y  hemos observado, de Eris, la recurrencia simbólica al planeta Marte.


Todo ello me hace apoyar la hipótesis (que habrá de ser comprobada), de la doble regencia  compartida por Eris y Marte sobre el signo de Aries.







EL SISTEMA SOLAR: UNA VISIÓN ESTRUCTURAL





A semejanza del Sol, Júpiter está compuesto de un 82% de hidrógeno, 17% de helio y un 1% de otros elementos.Un hecho característico de este planeta es que debido a su tamaño, los científicos calcularon que con un poco más de masa, se habría convertido en una estrella que acompañaría al Sol como un sistema binario.




Existiría otro punto de discontinuidad , similar al que representa el Cinturón de Asteroides (ubicado entre Marte y Júpiter) que sería el Cinturón de Kuiper, entre Neptuno y Plutón.


Hace medio siglo, un astrónomo de origen holandés se despachó con una extraña teoría: según decía, el Sistema Solar no se terminaba en Plutón, sino que se extendía de allí hacia afuera en un enorme y delgado anillo formado por pequeños objetos helados. Un lugar del que, supuestamente, provenía buena parte de los cometas. Por aquel entonces, la idea de Gerard Kuiper casi parecía una osadía. Y es lógico, porque no había ni la más mínima prueba de que tal cosa existiera. Sólo se trataba de una presunción medianamente razonable. Pero Kuiper tenía razón, aunque nunca lo supo: a principios de los años 90, un grupo de astrónomos detectó un objeto a una distancia similar a la del noveno planeta. Y, desde entonces, le siguió una verdadera catarata de descubrimientos. Son pequeños mundos helados, físicamente similares a Plutón, pero de inferior tamaño. Hoy ya nadie duda de la existencia del “Cinturón de Kuiper”, la frontera helada de nuestro barrio planetario. Es una nueva región que pide a gritos ser explorada, y que, también, nos obliga a revisar la verdadera naturaleza del propio Plutón, que hasta ahora parecía ser el único centinela de las fronteras del Sistema Solar.
 



 
Posición en la que se encontraría el Cinturón de Kuiper
y la Nube de Oort respecto de nuestro Sistema Solar.






Kuiper nos daría otra estructura distinta:














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