Una serie de libros nos enseñan la técnica.

Un conjunto de información, el tomar clases, el asistir a eventos nos dan la posibilidad de extender nuestro marco teórico.

Si revisamos la mayoría de los programas en los cursos para aprender Astrología, pasan por los elementos, la cronometría, la técnica aplicada sobre una carta, etc.

Respecto de la formación como astrólogos en la dinámica de la entrevista, poco o nada hay.

¿Debe existir un curso de estrategia de interpretación?

Uno que le diga al astrólogo en formación hasta que punto su visión de la carta está teñida de sus propias convicciones y cuando “imprime” un pronóstico o juicio acerca de su consultante, ese color propio pasa como imagen al receptor.

¿Tiene formación como para recordar que es un simple traductor del código de una carta o prefiere considerarse un consejero con derecho a remarcar “sus” puntos de vista en cada caso?

¿Ha evaluado que su inquietud de pronosticar o describir exactamente una vida, puede cubrir una necesidad propia?

¿Hasta qué punto el lector de ese código cree que lo que interpreta es “un descubrimiento”?  

La Astrología Psicológica de los últimos 40 años, ha confundido la importancia de un mapa para colocar a la disciplina estricta, como herramienta secundaria de la necesidad del terapeuta de tener una respuesta “mágica” sobre lo que en definitiva es una imagen con un conjunto de coordenadas.

Howard Sasportas en su libro “Las Doce Casas” proveniente de la escuela psicológica, al describir el sector IV, dice: “…a partir de su considerable experiencia (refiriéndose a la señora Greene) y pericia como consejera astrológica, Greene se ha encontrado con que al parecer, la descripción que hacen sus clientes de la relación con la madre se correlaciona más estrechamente con la décima casa (¡bienvenidos!), en tanto que la imagen del padre funciona mejor con la cuarta…” (Las Doce Casas, Howard Sasportas, pág. 60, editorial Urano).

¿Es consciente el señor Sasportas que el sistema le precede y que tiene un conjunto de reglas preestablecidas? Es usual que los ”astroterapeutas” mas formados en Psicología que en Astrología, les resulte cómodo evocar la casa IV con la Luna y de ahí dar un salto estilo doble mortal invertido a la madre, en lugar de seguir una regla axiomática “inexplicable”.

A su vez, dentro de la estrategia de consulta: ¿Cuánto tiene que saber el astrólogo de etología para darse cuenta que su consultante al mantener cruzados sus brazos y sus piernas está diciendo: “Esto no quiero que se revele, podríamos cambiar de tema, esto me está molestando”?

Y si hablamos del resultado (no de técnica): ¿El consultante se llevó lo que vino a buscar o lo que nosotros creemos que tenía que “saber”?

En definitiva el dueño del cielo no entiende el idioma y por eso acude al traductor.

¿Y la traducción por donde debe comenzar?

Cada uno de nosotros tiene una técnica.

 Algunos hacen una contabilidad inicial de los elementos.

Otros empezamos por el sector IV, allí según Judiciaria está el origen y el final de una carta. Es el material  atávico de un individuo y cómo termina su viaje.

Otros se maravillan ante los aspectos. Un trígono a Plutón por aquí, una cuadratura a un “stellium” por allí.

Para los “aspectaristas” que quedan fascinados sin mirar el tapiz zodiacal que hay detrás o la cuadrícula de destino que es la domificación, una mirada al domo astronómico de ese momento, puede hacerles notar que no se ven aspectos (en este enlace les dejo un software para descargar y que vean el ci...) y que estos no son otra cosa que un ayuda memoria utilizado por ejemplo por Lucas Gauric debido a su miopía y que sabemos positivamente que en ese tiempo y para el tipo de clientes que estos astrólogos tenían, un fallo era igual a un problema digamos “importante” para su salud.

Otros vamos al señor del Ascendente, a la ubicación del regente, etc.

Son muchas preguntas y parece un punto interesante que en este foro que nos regala José Luis, podamos intercambiar el camino de acceso a cada carta (por supuesto refiriéndose a la Astrología Genetlíaca).

Mi aporte mínimo es que como astrólogo, mi profesión es la de traductor.

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Comentario por Mª YSABEL el enero 29, 2012 a las 10:39am

¡Es obvio por donde hay que empezar! ¡Por ser una persona honesta!

Comentario por Narayani el enero 29, 2012 a las 5:54am

Qué espectacular artículo. No suelo comentar, pero realmente es tal cual mi parecer. El astrólogo es un traductor de lo que ve, y quien viene a la consulta viene a buscar algo, y es eso lo que debemos trabajar, ya que estamos al servicio del otro, no al servicio propio. He notado muchas veces que los astrólogos se lanzan a juzgar al otro por tal o cual planeta en tal posición, o tal o cual aspecto, sin preguntarse siquiera si su observación no está teñida por su propia experiencia y por su propia carta natal. Mantenerse objetivo y no dejar que la propia experiencia de vida no tiña el mapa de aquel que ha acudido a nosotros, es prácticamente imposible, pero sin dudas debemos hacer el esfuerzo de no estar juzgando ni presuponiendo. Por supuesto que hay que comenzar por algun lado, y cada astrólogo tiene su técnica. En lo personal intento ver dónde se encuentran los planetas más lentos, ver si hay algún aspecto que pueda estar afectando fuertemente a esa persona, y que pueda ser el motivo por el cual acuden a nosotros. Pero todas las técnicas (contar los elementos, la domificación, el regente y dispositor, la relacion luna-sol-ascendente, etc) son válidos, siempre y cuando no nos olvidemos de no JUZGAR al consultante por su carta natal aparente, sino de intentar trabajar sbre lo que esa persona vino a buscar.

Comentario por QUIQUE BÉRNIZ el enero 29, 2012 a las 12:08am

Muy interesante.

Yo lo único que objetaría, cuando comentas el caso de Sasportas, es que sale mucho más rentable "inventar la rueda" cada poco tiempo y mantener la novedad en el mercado editorial que ir a los clásicos.

En Astrología hay muy poco que inventar y mucho que investigar en la tradición. El problema es que lo primero da dinero y lo segundo lo cuesta la mayoría de las veces.

Un saludo

 

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