Toda ciencia es predictiva, la astrología tambien lo es
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Astrología culta y erudita
La libertad existe, somos amos y señor de nuestras vidas. Pero…¿lo somos realmente?. Presento aquí un caso que me tocó de cerca, la muerte de mi hermano mayor. Una persona franca, directa, su “pecado” fue el exceso. Amaba la vida y la disfrutaba, disfrutaba del póker y los casinos, un buen auto y la velocidad. Era un buen comerciante, también, por muchos años, su entrada principal de dinero estuvo relacionada con los “boliches bailables”, de los cuales tuvo varios junto a amigos, que también eran socios.
Todo lo dicho está explicado claramente en su mapa. Vemos su Asc en Sagitario en los términos de Júpiter. El Sol desde la X le envía una cuadratura y la Luna ubicada en Leo (también en el término de Júpiter) pone su granito de arena por medio de un trígono que parte desde la IX. Sus ingresos económicos están reflejados con Saturno, dueño de la II en la V (actividades placenteras, pub, confiterías). Mercurio elevado rige la VII y la XI, los amigos se alían en sus negocios. Este Mercurio también señala a su pareja, importante pilar en su progreso económico.
Algo a destacar es su poca capacidad de ahorro que poseía, esto podríamos verlo reflejado en la cúspide de la II en Capricornio, su dueño, Saturno, como dijimos, está en Piscis, recibiendo una oposición de Urano y Plutón, además Marte, por ser dueño de la cúspide por término se encuentra en la XII.
Hasta acá todo bien… pero el 10/2/2010 a la madrugada, volviendo del casino, perdió el control de su vehículo en una curva, por la velocidad y la lluvia, falleciendo en el acto.
La gran pregunta es: ¿Estaba escrito el desarrollo y final de su vida en el mapa de los cielos?. Contestar afirmativamente es negar nuestra herencia divina y ser tachado de hereje ante la religión oficial. Decir que el destino prima ante nuestra voluntad es “peligroso” en una época en que están de moda frases como “querer es poder” y “la voluntad todo lo puede”. Para ser sinceros, yo también quiero creer, pero cualquier astrólogo con algunos años, si es objetivo y no se deja influenciar por ideas “New Age”, tiene que reconocer que hay “algo” que guía nuestros pasos hacia una dirección determinada. Borges escribe en uno de sus cuentos que “no hay un destino mejor que otro, pero que cada uno debe acatar el que lleva en su corazón”. Algún filósofo también dijo que “somos lo que pensamos, habiéndonos convertido en lo que pensamos con anterioridad”.
Creo que cada uno nació para aprender algo y ese “algo” solo puede hacerse al cumplir cierto “papel o rol” en esta función. De otra manera, mi Dios sería un Dios cruel que constantemente está jugando con nosotros, otorgándoles a unos un cuerpo fuerte y a otros uno deforme, la riqueza y la belleza a unos, mientras que la miseria, para la mayoría, es el pan de cada día. Todos queremos el éxito, pero si todos lo obtuviéramos ¿quién haría los trabajos más bajos de la escala social?. ¿Cómo explicarle a una madre, cuyos hijos murieron en plena adolescencia por diferentes causas, que el destino no existe??. O a aquella mujer que se casó 2 veces, y ambas enviudó siendo aún joven??.
Tengo mis propios argumentos, así como cada uno tiene los argumentos que defienden su postura pero, en mi caso puedo aprovechar la astrología y no quedarme viendo el árbol cuando puedo ver el bosque entero, o lo que se me permite ver de él...
La pregunta que motiva este pequeño escrito es: ¿estaba “escrito” el trágico final ya, en el momento del nacimiento?. La respuesta, ahora que los hechos se cumplieron, es un categórico “si”
Vemos a Júpiter reg del Asc ubicarse en la casa VIII en detrimento en Géminis y término de Saturno, este último en la V y rigiendo la III y la IV. Mi hermano muere en la ruta (Géminis), viniendo del casino (Saturno, casa III y V). Fue una muerte rápida (Luna co-regente de la VIII recibe la cuadratura de Marte, que es dueño de la VI, la de los accidentes, desde la XII) bajo una lluvia torrencial (Mercurio cuadrado a Neptuno también en la XII). Los astrólogos modernos dicen que la casa doce es la de nuestra propia destrucción, aquí se encuentra muy fuerte e influye poderosamente en los factores que describen la muerte.
En la carta de abajo podemos ver las direcciones primarias.
A primera vista notamos que la Luna hace conj a Urano y Plutón y se opone a Saturno, podemos ver además que el Nodo Sur realiza una estrecha conj a la cúspide de la III.
Agrego el gráfico de su Rev Solar superpuesto a su natal
El Asc Solar recibe una cuadratura de Plutón, Urano y Saturno natales. Marte en la I solar, se posiciona en una estrecha conj a la cúspide de la VIII natal.
Podría también subir el gráfico de las progresiones por arco solar para mostrar la conj partil que hace Marte al Asc, o podría incluir las direcciones primarias directas en las cuales Marte envía una cuadratura al Asc. O el del eclipse anterior que ocurrió a los 25º de Capricornio sobre su casa III y Marte conjunto a su MC natal, pero todo llevaría a lo mismo.
En fin, no soy de la opinión que se deba predecir la muerte, por dos razones, la primera y más obvia, es que el astrólogo también es un ser humano factible a equivocarse, más aún cuando hay tantas variables en una carta natal. Y la segunda, porque aún aquellos que dicen: “la muerte no me asusta, estoy listo para recibir la noticia”, lo dicen gozando de buena salud y sabiendo o creyendo que la fecha posible está aún algunas décadas por delante, distinto sería el caso si se le anunciara que el “traspaso” es el mes entrante…
Antiguamente la relación y entrecruzamientos de ciclos sobre ciclos fue descrita de manera muy poética en el Eclesiastés 3:
Todo tiene su tiempo
1 Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora.
2 Tiempo de nacer, y tiempo de morir; tiempo de plantar, y tiempo de arrancar lo plantado;
3 tiempo de matar, y tiempo de curar; tiempo de destruir, y tiempo de edificar;
4 tiempo de llorar, y tiempo de reír; tiempo de endechar, y tiempo de bailar;
5 tiempo de esparcir piedras, y tiempo de juntar piedras; tiempo de abrazar, y tiempo de abstenerse de abrazar;
6 tiempo de buscar, y tiempo de perder; tiempo de guardar, y tiempo de desechar;
7 tiempo de romper, y tiempo de coser; tiempo de callar, y tiempo de hablar;
8 tiempo de amar, y tiempo de aborrecer; tiempo de guerra, y tiempo de paz.
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Gracias Isabel.
Un fuerte abrazo por tan sensible pérdida!
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