La Astrología en el Arte del Renacimiento y Barroco Español Juan Francisco Esteban Lorente

La Astrología en el Arte del Renacimiento y Barroco Español 

Juan Francisco Esteban Lorente
Juan Francisco Esteban Lorente
Arte y Astrología
Queremos llamar la atención sobre este tema de la investigación en la Historia del Arte por varias razones y la primera de ellas es la antigüedad de su tratamiento, pues hemos de recordar que en 1911 Aby Warburg hablaba de estos temas al explicar la bóveda de la sacristía vieja de San Lorenzo, y en el X° C. I. H. A. de 1912 en Roma llamaba tanto la atención con el estudio astrológico del salón del palacio Schifanoia de Ferrara (ambos estudios fueron publicados en Leipzig 1932), que muchos han utilizado esta fecha como el inicio de una nueva metodología, la “Iconologia”. Precisamente la atracción de estos estudios sobre los antiguos libros astrológicos es lo que llevó a Fritz Saxl a acercarse al estudioso Aby Warburg y a cristalizar otro sorprendente estudio, el del horóscopo de nacimiento de Agostino Chigi en uno de los techos de la Farnesina de Roma.1
1 Warburg, Aby, “Eine astronomische Himmelsdarstellung in der alten Sakristei von San Lorenzo in Florenz”, en Gesammelte Schriften, Leipzig, 1932, 1, 169-172; “Arte italiana e astrologia internazionale nel palazzo Schifanoia d..., en Warburg, La rinascita del paganesimo antico, Florencia, La Nova Italia editrice, 1980, pp. 247-272. Saxl, Fritz, La fede astrologica di Agostino Chigi. Interpretazione dei dipinti di Baldassare Peruzzi nella sala di Galatea della Farnesina, Roma, Colezione La Farnesina, I, 1934.
No obstante lo sorprendente de estos trabajos, no ha cuajado una investigación en estos caminos, es por ello que queremos hacer un resumen del uso de la imagen astrológica em el arte.

Resumen
 Fundamentalmente las imágenes astrales se reducen a las representaciones de las constelaciones en la iconografía grecolatina y cuya mejor muestra es la de Durero em 1515, a ésta se le añadieron nuevas imágenes en el siglo XVII para darles figura y nombre a las constelaciones del hemisferio austral; otras imágenes son las de los signos del Zodíaco, que coinciden con sus correspondientes constelaciones, pero que ya no tienen un sentido de descripción física sino de contenido simbólico y por ello adquieren formas más estereotipadas; también los planetas-dioses, generalmente acompañados de los signos zodiacales que rigen, lo que es una cuestión totalmente astrológica; existen otras pocas figuras como los nodos lunares, llamados “cabeza y cola de dragón”, representados por un dragón, estos son temas tanto físicos como astrológicos. Excepcional es la representación de la “Parte de Fortuna”, y cuando se hizo se utilizó la figura de la “Ocasión”. En Italia nos encontramos con algunas representaciones astrológicas de la llamada esfera barbárica. 2
2 Esteban Lorente, J. F., “La Ocasión o “Parte de Fortuna”, como tema astrológico, em los palacios de la Farnesina (Roma) y Zaporta (Zaragoza)”, en I Simposio internacional de emblemática, Teruel, 1991, en prensa; “Precisiones a los horóscopos artísticos de la Farnesina (Roma) y Zaporta (Zaragoza)”, en Artigrama, n.° 8-9 (1991-92), pp. 327-357.
La imprenta dio a conocer, desde su primera época, estas imágenes, tanto en libros de cosmología como en otros eminentemente astrológicos, como el famoso Astrolabio plano. Dada la imposibilidad de distinción real entre astrología y astronomía en la Edad Moderna y la contaminación general de la vida y la ciencia con la astrología, encontraremos estas imágenes usadas con los tres sentidos aludidos:
 1.° Ilustrando, o mostrando, temas científicos cosmológicos; esta es la faceta más abundante en el arte.
 2.° Existe un uso frecuente de temas contaminados con alusiones astrológicas; uma astrología de divulgación que no llega más allá de los influjos generales, similar a la popular actual.
 3.° Muy escasos son los temas artísticos exclusivamente astrológicos, pero éstos tienen un rigor y exactitud científica sorprendentes.
Astrología
Aunque no es nuestro objeto hacer un estudio de la astrología en esta época, sí conviene que hagamos un sumario repaso a una serie de cuestiones como: el contenido de astrología como ciencia y las posibilidades de ésta; el ambiente astrológico en algunas de las localidades europeas así como los libros principales. 3
 3 Citemos solamente algunos de los estudios principales:
- Thorndike, L., History of magic and experimental science, Columbia, Columbia University Press, 1923.
- Tester, Jim, Historia de la astrología occidental, México, Siglo XXI, 1990.
- Santos, Demetrio, Introducción a la Historia de la astrología, Barcelona, Teorema, 1986;
- idem, Investigaciones sobre astrología, Madrid, Editora Nacional, 1978.
- Vernet, Juan, Astrología y astronomía en el Renacimiento. La revolución coperniquiana, Barcelona, Ariel, 1974.
- Caroti, Stefano, L’astrologia in Italia, Roma, Newton Compton Editori, 1983.
- Garín, Eugenio, El zodiaco de la vida. Polémica sobre astrología del trecento al cinquecento, Barcelona, Península, 1981.
- Hurtado Torres, Antonio, La astrología en la literarura del siglo de oro. Indice bibliográfico, Alicante, Instituto de estudios alicantinos, 1984.
La astrología se definió y define como ciencia de los astros, que, en la época a la que nos referimos, comprende astronomía y astrología judiciaria; parte pues de la cosmología, participa de la navegación, y contamina o sirve a la metereología, medicina y farmacopea. La misma persona solía reunir todos estos conocimientos y practicarlos ya desde antiguo, así por ejemplo en los primeros años del siglo XII el médico y astrónomo aragonés Pedro Alfonso nos dice ” siendo la medicina la más útil y muy necesaria, no se puede tener um conocimiento pleno de ella sino gracias a la astronomía, porque merced a ésta se conocen las permutaciones de los tiempos antes de que ocurran … Este conocimiento se llama ciencia de las estrellas y se divide en tres partes: la primera es el conocimiento de la calidad y cantidad de los círculos del firmamento y de lo que en él existe, a lo que se llega por la geometría, el número y la medida. La segunda es el conocimiento de los movimientos de los círculos del firmamento y de las estrellas, que se puede calcular por el número. La tercera es el conocimiento de la ciencia de las estrellas y su influencia en las cosas terrenas, se adquiere por la experiencia” . 4
 4 Lacarra, M.ª Jesús, Pedro Alfonso, Zaragoza, D. G. A., 1991, pp. 62-68.

La actual distinción entre astronomía y astrología existe ya desde la antigüedad, y San Isidoro, siguiendo las ideas de San Agustín e inspirándose en Casiodoro, cuando hace la definición de las ciencias en sus Etimologías, las distingue, y divide la astrología en “astrología natural” (que es la misma astronomía) y “astrología supersticiosa” (trata de encontrar augurios em las estrellas y descubrir qué es lo que los doce signos del zodiaco disponen para el alma o para los miembros del cuerpo, o se afana en predecir por el curso de los astros cómo va a ser el nacimiento y el carácter del hombre).
Esta misma distinción está presente en el Renacimiento y Barroco, y especialmente a partir del Concilio de Trento, del Indice de libros prohibidos y de la bula de Sixto V (1586).5
 5 Index et catalogus librorum prohibitorum… Madrid, Alonso Gómez, 1583; condena la astrología judiciaria de nacimientos, interrogaciones y elecciones, por ocuparse en lo por venir que está en la libertad del hombre y de las cosas fortuitas que han de acontecer, pero no la astrología natalicia de las inclinaciones y carácter humano. La bula de Sixto V, publicada en 1586 fue mucho más rígida, pues expresamente solo permite las aplicaciones de la astrología a la navegación, agricultura y medicina, condenando todas las demás, pero su interpretación en España fue mucho más amplia, y así dos años después Juan de Horozco y Covarrubias en su Tratado de la verdadera y falsa prophecia …, Segovia, Juan de la Cuesta, 1588, nos ofrece la interpretación tradicional de las dos astrologías. Ver: Hurtado Torres, ops. cit.; y Aladren, M. y Esteban Lorente, J. F., “El pronóstico realizado en 1643 por Juan Bautista Garcés de Marcilla, Conjunción magna de Saturno y Júpiter”, en Mecurio-3, n° 28, 1991, pp. 40-59.
Publicaciones Astrológicas en España
 En la España de estos tiempos se conocen y siguen con preferencia los libros de Alfonso X6; es de suponer que en algunos círculos se tuviera noticia del manuscrito de Enrique de Villena, o de otros anteriores como las tablas de Pedro IV de Aragón y la gran labor de traducción de la escuela de Toledo; el mismo Alonso Tostado, de Madrigal, en su Sobre el Eusebio, escrito en 1450, hace alusiones a los juicios astrológicos y sus errores, pero recoge los influjos de los dioses-planetas.
 6 “Advirtiendo que cuanto se comprendiere en este discurso va atado al computo del sapientísimo rey don Alfonso; con que no sera mucho si difiero en algo con los modernos, que siguiendo a Copérnico y Tycho yerran, a mi ver, en cosa sensible”, así se expresa en 1642 el valenciano Juan Bautista Garcés de Marcilla, Conjunción magna de Saturno y Júpiter celebrada a nueve de Marzo del presente año 1643 en 28 grados y diez y siete minutos de Piscis, según el computo del sapientísimo rey don Alfonso, y juicio conjetural de sus influjos, Valencia, Siluestre Esparza, 1643; ver Aladren, M. y Esteban Lorente, J. F., “El pronóstico realizado en 1643 por Juan Bautista Garcés de Marcilla, Conjunción magna de Saturno y Júpiter”, en Mecurio-3, n° 28, 1991, pp. 40-59.
 Pero más importante es la recepción, a través de la imprenta, de los libros astrológicos, desde los mismos incunables; citemos alguno: Aangelus Johanes,Astrolabium planum, Augsburgo, E. Ratdolt, 1488, J. Venecia, E. de Spira, 1494, y L. A. de Giunta, 1502; uno de los ejemplares conservados fue propiedad del matemático turolense (natural de Tronchón) Miguel de Pedro 7. Las obras astrológicas y cósmico descriptivas de Firmico Materno, Manilio, Arato y Proclo que se publicaron con título general como Scriptores astronomici veteres, J. Venecia, Aldo Manucio, 1499; las obras de Albumasar, Alfragrano, Guido Bonato, Juan de Sevilla (compendio de astrología). Igualmente se reciben a lo largo del XVI al XVII la colección de horóscopos de Lucas Gaurico, las obras de Lucio Belantio, Junctino o las obras de Cardan,Morin, etc.8

7 Biblioteca Nacional, Catálogo general de incunables en bibliotecas españolas, coordinado y dirigido por Fco. García Craviotto, Madrid, M.C., 1989. Miguel de Pedro, poseyendo la obra de Joan Angelo,Astrolabium planum, Venecia, Juan Emerico de Spira, 1495, al observar que no estaba incluido en el índice de libros  prohibidos, se dedicó a tachar con tinta todos aquellos verbos latinos que indicaban futuro, anunciando que los astros no determinan sino sólo inclinan; esta actitud la podemos comprobar en casi todas las publicaciones del siglo XVI que usadas en el XVII fueron censuradas, meramente por el procedimiento de tachado, con más o menos extensión según el criterio del censor. Miguel de Pedro (c. 1605) se expresa así: “Aunque este libro no está nominatim prohibido en el nuevo expurgatorio he borrado en él algunas cosas mal sonantes y más notorias contra el motu propio de Sixto V y regla octava de dicho expurgatorio y nona del concilio, restan algunas con términos de facit N. erit N. que se han de entender de sóla inclinación natural. El Dr. M. Pedro. “Adviértese que en los cánones que este autor trae acerca de las inclinaciones naturales, diciendo erit fur, erit luxuriosus, sugdolus, letus, etc. y otras veces facit dives, presides, religiosos, fures, invidos, callidos, audaces, etc. y otros términos, tales que todo se ha de entender con esta limitación, inclinatione naturali, porque de otra suerte va directamente contra el motu propio de Sixto V, de suerte que se entenderá, inclinatione naturali erit fur, aut luxuriosus, aut letus, etc. y lo mismo se entiende de los demás términos. “Ha me parecido advertir esto para los que se quisiesen valer de él en los juicios de natividades y nacimientos de hombres o mujeres, porque no los podrán decir ni usar de ellos con los términos que aquí en el libro se hallan, y si lo hicieren contravendrán el motu propio de Sixto V y merecerán castigo. Permitense, a mi parecer, en este autor y otros tales, árabes y gentiles, por serlo y porque ya hoy todos sabemos lo que los cielos pueden con nosotros y tenemos reglas de cómo habemos de usar de ellos, y no contienen cosas escandalosas como Abenrragel, Zael, Guido Bonato y otros con mucha razón prohibidos. El Dr. Miguel Pedro. “
 8 Ver la amplia colección de estos libros que se encuentra en las bibliotecas hispanas, recogida sólamente de modo indicativo por Santos Santos, Demetrio, Investigaciones sobre astrología, Madrid, Editora Nacional, 1978, pp. 999-1096. Es suficiente hacer una cata en los inventarios de bibliotecas de la época, así a mediados del siglo XVI, la del obispo Luco tiene más de 12 libros relaccionados con el tema, entre ellos varios de medicina astrológica, la obra de Ptolomeo e Higino; muchos menos tiene el arzobispo Carranza pero siguen estando la física de Aristóteles, el Almagesto de Ptolomeo, la astronomía de Alfragano (s. IX); en la biblioteca de Velazquez se encuentran muchos títulos de cosmografía incluso varios específicos de astrología como la Suma astrológica de Antonio de Nájera (1632), y la Isagogica astrologiae judiciariae de Juan Taisnier (1559). Un ejemplar de las obras de Guido Bonato, Decem continens tractatus astronomia, Venecia, Jacobo Pentiuz, 1506, que figura en la biblioteca de La Seo de Zaragoza, fué propiedad de uno de sus canónigos B. Laurenti; las obras de Bonato, como las de otros astrólogos, no se editaron en España pero la Biblioteca Nacional conserva traducciones manuscritas del siglo XVII (Boncompagni, B., “Guido Bonatti astrologo ed astronomo del secolo decimoterzo”, en Giornale Arcadic, CXXIII-CXXIV Roma, 1851).
En el siglo XVI y XVII, ya son numerosas estas ediciones españolas, así el citado Antonio Hurtado Torres recoge 546 asientos.
Dejando aparte los lunarios, repertorios de los tiempos, pronósticos anuales, almanaques, calendarios y los tratados de tipo astronómico (tablas), relojes, navegación o meramente descriptivos del cosmos en los que frecuentemente se vierten juicios o observaciones astrológicas de carácter muy general, podemos destacar una serie de gêneros astrológicos:
Astrología natural como: Juicios sobre las consecuencias de los cometas, de los eclipses. Fenómenos especiales como los tres soles o tres lunas que se vieron em Roma en 1622 ó 1624. Grandes conjunciones y su repercusión.
Tratados sobre las natividades y cuestiones sobre astrología médica.
Acontecimientos particulares de índole personal como: el horóscopo de Felipe II porMatías Haco, el de Lope de Vega realizado por Luis de Rosicler, publicado en 1618 9. Pronósticos como: el de la toma del castillo Salsa y de la guerra entre España y Francia en 1639. En Valencia se editaron varios: en 1682 un pronóstico favorable a la monarquía, en 1688 un horóscopo sobre la entronización y juramento del Virrey y Capitán General de Valencia don Luis Moscoso y un juicio astrológico sobre la llegada a Valencia de M.ª de Neoburgo, esposa de Carlos II.
9 Mille y Giménez, J., El horóscopo de Lope de Vega, Buenos Aires, 1927. Rosicler era cuñado de Lope pero de mayor edad y debió hacer el horóscopo en el momento del nacimiento, aunque se publicó en la Expotulatio Spongiae a Petro Turriano Romilla pro Lupo a Vega Carpio…, obra escrita por el pseudónimo Julio Columbario, editada clandestinamente en Madrid, 1618; ver Entrambasaguas, Joaquín, Estudios sobre Lope de Vega, Madrid, C.S.I.C., 1946, I, p. 417 ss. Hurtado Torres, ops. cit., n.° 444.
 Ataques contra la astrología y los astrólogos, y también su defensa; algunos de ellos surgen debidos a alguna circunstancia especial: así los escritos sobre las influencias de las grandes conjunciones de 1524, 1603 y 1680 provocaron escritos en contra de las predicciones astrológicas; otros son efecto del ambiente determinado, como es el caso de nuestro matemático Pedro Ciruelo, quién tras defender la “astrología cristiana” ataca a la falsa 10. Igualmente característico es el escrito de Juan de Horozco y Covarrubias, publicado en 1588, fecha en la que se siente el peso de la bula de Sixto V 11.
10 Sánchez Ciruelo, Pedro, Apotelesmata astrologiae christianae … et vanis electionibus falsorum astrologorum, Alcalá de Henares, Arnaldo Guillen de Brocar, 1521; este libro contiene una refutación al escrito de Pico della Mirandola contra la astrología y una explicación de las reglas de la astrología judiciaria cristiana que llama “quadripartitum opus de veris et naturalibus regulis indiciorum astrologiae christianae”; en su Reprobación de las supersticiones y hechicerías, Alcalá 1530, y años siguientes ( la edición de Salamanca 1541 tiene una edición facsímil en Zaragoza, Ateneo, 1989), le dedica uma mínima parte a la distinción de las dos astrologías.
 11 Horozco y Covarrubias, Juan, Tratado de la verdadera y falsa profecía, Segovia, Juan de la Cuesta, 1588; el criterio de este libro es similar al del de Pedro Ciruelo, específicamente a la astrología sólo le dedica 10 páginas.
La defensa surge muy tempranamente como es el caso del catalán Bernardo Granollachsdesde 1488 (De la muy noble e sciencia de la Astrología), o Miguel Servet y su apologia se encuentra diseminada a lo largo de los siglos XVI y XVII, frecuentemente en escritos de carácter científico para la época, como es el caso de Valentín de la Hera y de la Varra en 1584, o la que hace Manuel Bocarro Francés y Rosales en 1664 al publicar unos comentarios a las obras de Tycho Brahae, Juan Kepler y Juan de Regiomontano 12.
12 Servet, Miguel, Discrepatio pro astrología, París, 1538; tradución española de A. Alcalá, Villanueva de Sigena, 1981; es un folleto de unas pocas páginas dedicadas a defenderse de los ataques de Juan Tagault, decano de la facultad de Medicina de Pans. En estos problemas con la facultad de medicina de París, Servet contó con el apoyo de Juan Tiebault, médico y astrólogo de Francisco I, y anteriormente de Carlos V, quien conto con la ayuda de Cornelio Agripa en una acusación que le puso también la Universidad de París y que luego retiró. Hurtado Torres, ops. cit., n.° 70.
 Es significativa la defensa que hace de la astrología el citado Bartolomé Valentín de la Hera y de la Varra, Repertorio del mundo particular de la spheras del cielo y orbes elementales y de las significaciones y tiempos correspondientes a su luz y movimiento: con los eclipses y lunario desde este año de mil y quinientos y ochenta y tres, hasta el de mil y seyscientos y quatro, añadido el prognóstico temporal de las mudanzas y passiones del aire, Madrid, Guillermo Druy, 1584 (folios 70 a 74).
Del Poder que Tiene el Cielo y de la Verdad que Tiene la Astrología

“Contra los falsos astrólogos escribieron los SS. Doctores de la Iglesia, Agustín, Gregorio y Basilio y son las palabras del catálogo y edicto de la Inquisición que reprueban y condenan lo que es imposible saber, ni saber otro que Dios, aunque sea el ángel o el demonio; pero no reprueba la verdad de la Astrología que ni contradijo el Conde de la Mirandola con quien alegan todos que más no saben, ni contradijeron a San Agustín, Santo Tomás y los demás santos teólogos y católicos que no quitan la influencia, que no pudieron, según la buena información que tuvieron de todas las ciencias divinas y naturales.
Dice San Agustín (De doctrina cristiana, 2.) que el buen teólogo para ser buen juez de las disciplinas ha de ser versado y entendido en todas ellas. Conforme a esto dijo el Filósofo (Aristóteles), que el docto en sola una facultad, de sola ella puede ser juez, y el que lo fuere en todas, de cada una en particular podrá ser juez o medianero de la verdad. Pero no podrán ser los teólogos, que con sola la poca Lógica, Filosofía y Teología que aprendieron en las escuelas, y en sus rincones lo quieren ser, reprobando lo que no saben por parecer más piadosos; sin advertir que ni Dios ni su Iglesia tienen necesidad de ser amparados con mentiras (Job, 13,6-7). El teólogo que fuere tal como San Agustín y los buenos y grandes que ha tenido la Iglesia, no condenará lo que no sabe.
Sabrá de la filosofía lo que dice Platón (Timeo): que todos los cuerpos de los animales son engendrados en tiempo, en movimiento, concurso, horóscopo y configuración de estrellas; según esto reciben el poder y virtud de la sangre y de los sentidos y sus obras meramente naturales. Las estrellas causan la abundancia y carestía, la paz, la guerra, la salud y dolencias, dando señales de todo lo que en esto se puede esperar y temer. Y por bárbaros y sin seso y cordura tuvo a cuantos reprobasen esta física y a cuantos se entremeten a juzgar de lo que no saben.
 Y al fin quien quitase la virtud del cielo contradiría a la que Dios le dio y a la verdad de su escritura que se la da; y como dice Averroes (Metafísica): quitale la virtud y habrasele quitado el ser que tiene.
Sabrá el buen teólogo de la lección de la escritura, que son el Sol, la Luna y las estrellas las significaciones, los signos y señales de los tiempos y de sus movimientos y de quien depende toda cuanta filosofía o astrología se sabe y se ignora.
 Sabrá de la lección de San Agustín, Gerónimo, Gregorio, Ambrosio, Tomás de Aquino, Basilio, Crisóstomo y otros muchos, que no quitaron la influencia como la quitan algunos que saben menos que ellos, y que teniendo virtud el cielo sobre los cuerpos de los hombres, sobre su sangre y sentido, inclinaciones, ingenios y ejercicios, tendrán, con San Agustín (Contra maniqueos, 21), algunos movimientos de nuestro ánimo dependencia del movimiento celeste, y muchas veces ni ellos ni las costumbres tienen que ver con él, por ser enseñados de la doctrina virtuosa habituada y acostumbrada a resistir al incentivo que en la ruin sangre puede inclinar a pecar. La buena influencia de Saturno y Marte em sujetos depravados podrán inclinar a hurtar, a mentir y a otros vicios, así como la miel que es dulce causa amargura en el enfermo, y ofensa la influencia del Sol en el ojo del legañoso.
Sabrá que ni los concilios ni el edicto de la santa Inquisición tuvieron intención de quitar la influencia de su ciencia, que es la Astrología, sino que solamente pretenden declarar al pueblo lo que saben los doctos, para darle doctrina, con lo que ni crea más de lo que debe ni tenga por profecías los juicios astronómicos, ni por sabedores de las obras libres, del libre albedrío, a los astrólogos, ni menos de los casos fortuitos que propiamente lo son.
Sabrá que no han tenido intención de vedar ni reprobar que no puedan saber las mudanzas del aire y sus pasiones y alteraciones y todas las que se causan en la sangre y carne, sentidos e inclinaciones de los hombres y en todas las demás cosas sujetas a la armonía del mundo sensible. Y así sabrá que cuando el astrólogo hace juicio de lo pasado o de lo venidero, que de solas las inclinaciones naturales del efecto puede ser juez, con la excepción de la contingencia, porque se puede atravesar una causa más poderosa que la natural y quedar burlado su fundamento; mayormente cuando juzga del hombre, el cual con el favor de Dios y con el de su ángel custodio y con la ayuda libre propia y de los demás hombres que con libertad le ayudan, puede todas las veces que quiera atropellar las pasiones causadas de la influencia y aniquilarlas como si no fueran; el mal es que no hacen lo que podrían y que es verdad que, como el número de los locos es sin número. Así sin él podrán los astrólogos verificar sus pronósticos aunque sea sin saber todo el número de las estrellas, pues les vasta saber lo que saben los filósofos de los sujetos que tratan; así como los médicos que con la ciencia universal de pocas hierbas podrían, si supiesen la medicina, serlo de muchas enfermedades.”
 El uso de la Astrología
Además de la abundancia de publicaciones españolas de tema astrológico o cosmológico con ribetes astrológicos, el uso de la astrología nos lo descubren algunos hechos: los horóscopos realizados para algunas personas como el matrimonial de Gabriel Zaporta13, el de nacimiento de Felipe II, los realizados para las primeras piedras del Escorial 14, el proceso en Salamanca contra Luis Rosicler y el catedrático de matemáticas Bartolomé González, encargado del partido de Astrología en la universidad, proceso iniciado en 1605 y suspendido 15. Otras noticias nos dan fe de este abundante uso: el matemático Miguel de Pedro censura un libro eminentemente astrológico de uso propio, sin duda para no perderlo; de este ejemplar se encuentran al menos cuatro en bibliotecas españolas 16: Las parroquias y conventos, así como las bibliotecas particulares, reunen libros de tablas astronómicas como las Ephemerides de Juan Stadio; en un ejemplar de Colonia 1576 que fue propiedad del presbítero zaragozano don Martín Albacar aparece realizado un horóscopo del 7 de noviembre de 1580 a las 12h. 1 minuto. En 1692 Antonio Rizotradujo al latín la obra de su contemporáneo J. B. Morin de Villefranche pero permaneció en manuscrito, lo mismo ocurre con otras traducciones como de Guido Bonato, etcétera 17.
13 Esteban Llorente, J. F., “El palacio matrimonial de Gagriel Zaporta y Sabina Santángel: un cosmos humanista”, en El arte aragonés y sus relaciones con el hispânico e internacional, actas del III Coloquio de Arte Aragoés, 1983, sec. 2a, Huesca, 1985, pp. 215-262.
14 Taylor, R., “Arquitectura y magia, consideraciones sobre la “idea” de El Escorial“, em Traza y Baza, n.° 6, 1976, pp. 5-62, y ed. Siruela, Madrid, 1992.
15 Salamanca mantiene una gran tradición astrológica desde el último tercio del siglo XV, donde los catedráticos de matemáticas se dedicaron a ello, Abraham Zacuto, Nicolás Polonio, Juan de Salaya,Diego de Torres o Diego Ortiz de Calzadilla, expatriado a portugal en 1475 a causa de un pronóstico desfavorable para los Reyes Católicos. Ver estas cuestiones en Rico, Francisco, Nebrija y la introducción del Renacimiento em España, Salamanca, 1983, pp. 157-186; “Principes y humanistas en los comienzos del Renacimiento español”, en Reyes y mecenas. Toledo, Electa, 1992, pp. 101-112. Entrambasaguas, ops. cit., I, p. 475.
16 Se trata del Astrolabium planum, antes citado.
17 Hurtado Torres, ops. cit., n.° 436. Las citadas efemérides de Juan Stadio es un amplísimo conjunto de tablas con las posiciones planetarias y las casas astrológicas, trae ejemplos de horóscopos realizados como el de Eduardo VI, rey de inglaterra y el de Aloisio carvajal, “archialmirante español”.
En la literatura menudean las alusiones astrológicas, por ejemplo, en la obra de Gaspar de Aguilar (1561-1623) en una rima al Santísimo Sacramento, al que se le compara con la conjunción de Saturno y Júpiter 18; igualmente se encuentran en La Dorotea de Lope de Vega, quien demostró ser partícipe y aficionado a ella.
18 Aguilar, G., Rímas humanas y divinas, ed, de A. Carreres de Calatayud, Valencia 1951, pp. 166-170. Queremos recordar que la conjunción de Saturno y Júpiter presidió el nacimiento de Cristo, cuestión tratada desde la antigüedad hasta nuestros días pasando por Kepler. Hurtado Torres, ops. cit. n° 530.
Pero el uso más cuidado lo ha encontrado en la literatura José Enrique Laplana en la obra del aragonés Ambrosio Bondía (quizá un pseudónimo), La cítara de Apolo (Zaragoza 1650) 19; en esta obra la alusión a los fenómenos astrales se usa para dar con exactitud la fecha del desarrollo de la acción en Abril a Junio de 1640, pero se dan, como de costumbre unas pocas referencias astrológicas, tales como la casa de Venus en Tauro y un detrimento de Venus que, al parecer, tiene más sentido poético que astrológico.
19 Laplana Gil, José Enrique, Edición y estudio de la obra literaria de Ambrosio Bonda, Tesis doctoral, Zaragoza, 1992.
No es cuestión de poner en duda que en el ambiente y cultura de las élites intelectuales estaba presente la Astrología, que estaban permitidos y proliferaban los horóscopos de natalicios, buscando la curiosidad o el acierto en las previsibles inclinaciones psicosomáticas del niño; ademásse practicó la astrología de tipo rural, y político (mundana o mundial como hoy se llama) aunque, al igual que hoy, ésta beba en las fuentes de información de los cortesanos. Queremos mostrar un conocido libro, el del obispoLucas Gaurico Tractatus astrologicus, Venecia, Curtio Troyano Navo, 1552, que es uma recopilación de los horóscopos más notables; así en el de la continuación de las obras de San Pedro del Vaticano, en 1543, dice: “Lucas Gaurico, obispo de Geofon, calculó la hora en que debía ponerse la primera piedra en el cimiento de aquel edificio, en torno a la iglesia de San Pedro, además Vicencio Campano de Bolonia, miró el momento idóneo con el astrolabio diciéndomelo a gritos”; en el horóscopo de Miguel Angel dice: “Mercurio a 27° del Sol en casa de Saturno y en sextil con Venus hicieron a Miguel Angel pintor y escultor eminente”.
Alegoría de la Astrología y del Astrólogo

La representación de la astrología o astronomía va a ser algo frecuente en las ilustraciones de los libros de cariz científico, como los de navegación. Se trata de la antigua musa Urania, o simplemente la Astronomía medieval que en el Hortus deliciarum aparecía con el “cubitalem” para medir la posición de los astros. En el Renacimiento y Barroco los aparatos más característicos de la astronomía o astrología son la esfera armilar y el astrolabio.

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Comentario por maria del pilar alvarez ochoa el septiembre 21, 2013 a las 4:08pm

gracias, por compartir información valiosa , que nos hace viajar en cada época de la historia y la vida,

Comentario por monica carretero el septiembre 14, 2013 a las 1:50pm

Un  trabajo extraordinario Jose Luis gracias

Comentario por Julia Conesa Lapena el septiembre 13, 2013 a las 11:55am

Muy ineresante y bien documentado. Te felicito.

Comentario por Maria Paula Mena Cruz el septiembre 13, 2013 a las 7:06am

Muy interesante

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