Ponencia de Demetrio Santos en las Jornadas de Astrología y Kabbalah de Valencia el día 3 de diciembre de 2005

Ponencia de Demetrio Santos en las Jornadas de Astrología y Kabbalah de Valencia el día 3 de diciembre de 2005
  
Radiación y terapia. Demetrio Santos Santos

"porque un ángel descendía a cierto tiempo al estanque y agitaba el agua, y el primero que descendía luego, era sano de cualquier enfermedad que tuviera" (Jn. 5,3)

1.- Eludimos en el texto aplicar el término de "radioterapia" que parece debería ser el apropiado porque comúnmente se viene aplicando éste solamente a ciertas radiaciones gamma utilizadas en la destrucción de moléculas/células peculiares como las cancerígenas, o bien otras bandas electromagnéticas como las ultravioleta, que actúan sobre la piel, y no en sentido general, que es de lo que aquí vamos a tratar.
El concepto de radiación comprende generalmente frecuencias electromagnéticas de frecuencias entre los 103 y 1025 Hz. por lo que su banda es muy amplia, y cada una de las frecuencias actúa en estructuras determinadas, por sintonía con ellas, las más cortas en partículas subatómicas y las más largas en moléculas o similares.
Pero las ondas largas, las correspondientes a frecuencias del infrarrojo o de las radioondas, por su mismo tamaño y efectos, son bastante conocidas y han sido bien estudiadas, por lo que aquí nos centraremos en las menos corrientes por su más reciente conocimiento, que data del descubrimiento de la radiactividad en general, y más concretamente de los estudios sobre los isótopos a partir de la explosión de la bomba atómica de 1945, lo que ha dado un nuevo punto de vista sobre el metabolismo mineral y de los elementos y la constitución de la materia.

2.- Si nos ha interesado particularmente el estudio del campo de radiaciones gamma en Astrología es porque estas nuevas radiaciones son las que nos pueden explicar y medir los influjos de los planetas más lejanos del Sistema Solar, Neptuno y Plutón particularmente, habiendo sido casi simultáneo su descubrimiento a los de tales radiaciones, con lo que vienen vinculados a ellas.
Frente a aquellos que buscan extrañas correlaciones --que epistemológicamente no pueden realmente definir el nexo causa-efecto-- o nebulosos influjos esotéricos, nosotros creemos que todo efecto de transformación, física, biológica o anímica, debe tener una causa física, y hay que buscar ésta: mientras no logremos encontrarla será muy dudosa la vinculación de un astro a sus influencias y efectos, éstos realmente físicos y medibles con un baremo conectado a las unidades utilizadas en física y las ciencias ordinarias sensibles a las que estamos acostumbrados en el mundo que nos rodea: es decir, creemos que mientras no encontremos el microorganismo, virus, sustancia material o causa física que produce la alteración molecular que produce una anomalía biológica, careceremos de argumentos para relacionar los fenómenos y los hechos con sus causas.
A partir de esto, si observamos que una determinada causa produce unos efectos, pero solamente en el 30% de los casos, entonces deducimos racionalmente que es solo una de las concausas capaces de producirlo: es necesaria su presencia, pero no suficiente, aplicando los principios de la lógica, y queda otro 70% disponible para otras causas que no hemos aún descubierto.

3.- La radiación gamma que tratamos es emitida/recibida en transformaciones del núcleo atómico, tales como la radiactividad natural o la derivada de explosiones nucleares, o la proviniente del espacio sideral, comprende varias octavas en torno a los 1021Hz = 270 Hz. Puede observarse en los rayos cósmicos que llegan a la alta atmósfera e inciden en sus componentes: O, N, vapor de agua, etc. a partir de los 10 Km. de altura.
Esta radiación proviene de todo el firmamento emitida por las estrellas y otros cuerpos como los agujeros negros, estrellas de neutrones, quasars, etc. sobre la parte nocturna de la Tierra. Otra es la que viene del Sol durante el día, pero de distinta longitud de onda, como resultado de la actividad nuclear del astro, procedente de la transformación de elementos ligeros como el hidrógeno, helio, etc. de primeros elementos químicos de la Tabla.

4.- Hay pocos estudios y expriencias sobre la radiación gamma y cósmica. Sabemos que su penetración y energía es mucho mayor que la de los rayos X, y por tanto atraviesan fácilmente el organismo, no siendo pantalla o protección, en este caso, el esqueleto (cráneo ó partes óseas) por lo que puede afectar directamente al cerebro y sistema nervioso; igualmente son alcazadas las mucosas, externas ó internas, ú otros tejidos sensibles.
Los tejidos vivos más afectados por cualquier radiación son los formados por céluas de proliferación, evolución o cambio rápidos: piel y cabellos, médula ósea, mucosas, células germinales, cristalino del ojo (neutrones). Y no porque capten o sintonicen especialmente dichas radiaciones --que realmente operan en los núcleos atómicos-- sino por el mismo hecho de que, cuando sacudimos un árbol frutal, las frutas que caen primero son las de sujeción más débil a la rama, y esto sucede en los tejidos en estado de transformación rápida. Las dolencias producidas corresponden a aquellas alteraciones: anemia crónica, leucemia, hepatitis, catarata (cristalino), etc.
La causa de estos efectos es la misma por la que la radiación gamma, como terapia contra el cáncer, causa más bajas entre las células cancerígenas, por hallarse éstas en rápida proliferación, mientras que en las sanas los enlaces moleculares son más estables y duraderos. Pero si se irradian repetidamente las propias céluas sanas, devienen igualmente cancerígenas, como se sabe desde que se emplearon los rayos X en medicina.
Adviértase también que, al tratarse de un efecto físico, también afecta a los microbios invasores del organismo, con lo que pueden eliminarse y tratarse enfermedades infecciosas; se anotan algunas terapias sobre infecciones infantiles, que se curaban ascendiendo al paciente en un avión (aviones primitivos sin acondicionar, expuestos a todo tipo de radiación por altitud). Se confirma así la terapia de la piscina del Evangelio, que "curaba de cualquier enfermedad".
La experiencia que se tiene sobre los efectos de la radiación gamma, interesante por su novedad y desconocimiento, proviene mayormente de las explosiones nucleares, de los accidentes en reactores de esta clase, y otros estudios sobre terapias médicas en los hospitales, y también las aportadas por los astronautas en las estaciones espaciales; pero son "experimentos intensivos" é inmediatos, y hay pocas observaciones sobre los efectos a largo plazo de una radiación débil, como la que produce el suelo, o la que nos llega del espacio, y hay que extrapolar los resultados.

5.- Dado que uno de los componentes de las curas en balnearios es la radiactividad general de las aguas subterráneas, podemos comparar las enfermedades curadas en algunos de los más notables, y elegimos tres bien conocidos situados en lugares de la Península Ibérica distantes entre sí.
Baños de Ledesma (Salamanca): temperatura 41-49º centrígrados; efectos terapéuticos:
Piel: Herpes, psoriasis, sarna, tiña, úlceras.
Tejidos internos: Reumatismo, artritis, lumbago, ciática.
Sist. nervioso: Hemiplrjías, convulsiones, alteraciones nerviosas diversas.
Sist. digestivo: Gastritis, hepatitis, etc.
Otros complejos: Asma, oftalmía, caries generales.
Baños de Cuntis (Pontevedra): temperaturas 50-54º C (se llama "fuego de Dios" una de ellas)
Piel: Herpes, erisipela y otros.
Tejidos internos: Reumatismo crónico, dolencias linfáticas.
Sist. nervioso: Espasmos, alteraciones nerviosas diversas.
Sist. digestivo: Tumores, úlceras (cancerosas)
Caldas de Bohí: (Lérida): Temperaturas 46-64º:
Piel: Herpes, sarna, psoriasis, cutáneas diversas.
Tejidos internos: Artritis, dispepsia, tuberculosis
Sistema nervioso: tos convulsiva, asma y otras diversas.
Digestivo: Dispepsia, hepatitis, cálculos de vegiga.
Hemos conservado la descripción de 1850 (Madoz: Diccionario) por su autenticidad, anterior a las posteriores manipulaciones comerciales, de la química y tecnología modernas, que podrían falsear el problema.
La variedad de tejidos implicados lleva a preguntarnos qué nexo común tienen los órganos afectados para que una misma causa produzca el efecto curativo, o que arregle el desorden causante de la enfermedad. Sabemos que todas las células tienen una base común genética, por lo tanto ha de hallarse tal nexo al menos a dicho nivel ó inferior, y hemos de ver qué causa exterior puede actuar y a qué nivel estructural opera. Es allí donde dicha causa obra el efecto terapéutico

6.- Como hemos visto, uno de los tejidos sensibles a la radiación gamma es la piel y mucosas, y aquí observamos este común denominador de curar las enfermedades cutáneas. Este tejido, si está debilitado, puede "atraer" otros microbios con lo que lo mismo es colonizado por virus, bacterias ó parásitos complejos (tiña y sarna), o bien incluso degradarse a herpes, erisipela, psoriasis, etc. aún no bien dominados por la medicina. Es por ello posible que sean debilitados por una radiación desconocida, como lo ha sido hasta ahora la radiación gamma.
Otro tipo de dolencias mal conocidas son las reumáticas, y de nuevo vemos el efecto de una radiación adecuada en su curación: se eliminan enlaces débiles con ella, dejando solamente el tejido sano.
Tenemos finalmente las enfermedades nerviosas en su múltiples manifestaciones; hemos dicho que la radiación gamma penetra en el cerebro y alcanza cualquier núcleo nervioso por tanto; si de la estructura eliminamos los enlaces débiles, la estructura se fortalecerá lógicamente. Ello alcanza cualquier zona defectuosa, de ahí que lo mismo pueda curar convulsiones de origen neurovegetativo que cerebral (demencia).
Se trata por ello de una acción física, adecuadamente utilizada, pues tampoco podemos activar las estructuras ya que también las más sólidas son afectadas por la sacudida radiativa.

7.- Ante todo hay que advertir que los parámetros de la radiación gamma, como cualquier otra, son su intensidad, frecuencia, secuencia, gradiente, etc. Luego, tenemos un tipo de radiación gamma que viene del cielo, en forma de radiación cósmica, y otra del suelo, como radiactividad de materiales en transformación nuclear.
Fijándonos en esta última, que es la existente en los balnearios por ejemplo, los suelos graníticos y otros de transición abundan en materiales radiactivos, con lo que su influjo será más intenso que otros de tipo calizo. Hay que advertir al respecto que, debido a la erosión y arrastre, los materiales más densos, que suelen contener uranio, forman terrenos aluviales que se depositan en el fondo de los barrancos, con lo que la radiactividad puede aumentar allí, aunque el terreno sea de otra clase. También aumenta la radiactividad en lugares cerrados, cuevas, sótanos, etc. al formarse radón, un gas radiactivo presente en minas, cavidades y lugares cerrados.
Hay mayor radiactividad en los terrenos graníticos del Oeste y Noroeste peninsular, zona central y oriental pirenaica, cordillera central de la Península y región de Sierra Nevada en el Sur, y también generalmente en zonas mineras.
A poco de descubrir Becquerel las nuevas radiaciones, se expandió a principios del Siglo XX la fé en sus virtudes curativas, é incluso llegó a ser un negocio de grandes proporciones la fabricación del "agua milagrosa" que, además de la natural procedente de balnearios, se fabricó acoplando a los recipientes de agua corriente alguna materia radiactiva, thorianita y otras, que irradiaban el agua para darle sus propiedades curativas. Hasta que llegó la catástrofe: Eben Byers, conocido industrial y play boy norteamericano, bebedor de tres botellas diarias de agua radiactiva, murió fulminado por un cáncer desarrollado por la radiación. Esto hizo intervenir a las autoridades médicas que, si no la retiraron del mercado, sí prohibieron su fabricación. Siguió propagándose la doctrina, sin embargo, hasta los tiempos actuales, sin controlar realmente sus efectos.
Algo parecido descubrió hacia 1670 nuestro Luis Aldrete de Soto (1600-1689), inventor del "agua de la vida", como "remedio universal", y la aplicó a un número de enfermos incluso desahuciados a los que curó. Tropezó sin embargo con el "status" médico, y no le fué reconocida al negarse a revelar su composición y origen; pero bajo nuestros actuales conocimientos, creemos probable que se tratara de agua de algún manantial radiactivo, acaso maloliente (sulfurosa), por lo que él la "arreglaba" para su aplicación médica.
Como suele ocurrir, aquello que bien dosificado hubiera sido un aporte médico para ciertas dolencias --han sobrevivido, sin embargo, los balnearios, por su efectividad-- se retrasó en su investigación, pese a tener un fundamento real.

8.- Simplificando el problema, en la materia viva la acción gamma realiza la transmutación de algunos de sus elementos componentes, dando lugar a una cadena de reacciones químicas que transforman los tejidos. Si un fotón gamma, o secuencia de ellos, incide en un núcleo, lo desequilibra y transmuta, lo que altera sus valencias atómicas y así cambia sus enlaces químicos (ionización) y moléculas resultantes. Podemos suponer elementos muy corrientes en los tejidos orgánicos, como en oxígeno (ubicuo) y el nitrógeno (proteínas):
O 8/16 (bivalente) + g = C 6/12 (tetravalente) + He 2/4 (part. a, no-valente)
N 7/14 (trivalente) + g ' = C 6/12 (tetravalente) + H 1/2 (deuterio, monovalente)
la frecuencia gamma necesaria es fácil de calcular (defecto de masa y fórmula de Planck). Como vemos, los cambios químicos en el primer caso son menores, pues solo reacciona uno de los componentes, en cambio es mayor en el segundo porque sus resultantes son ambos reactivos.
El C resultante puede formar hidrocarburos al unirse al H, o bien alcoholes y otros más complejos si se une a otros O existentes en el organismo.
Como se verá, las transformaciones son mucho mayores en la radiación gamma que en las óptica é infrarroja, no solo por su energía é intensidad, sino porque éstas solo alcanzan unos milímetros de penetración (piel, etc.) y la gamma llega hasta los tejidos interiores fácilmente (cerebro, médula ósea).

9.- Pero no podemos gobernar el proceso, y crear una radiación gamma "a medida" para actuar sobre cierto elemento a transmutar. Lo único posible es aprovechar la radiación existente (del cielo o del suelo) y filtrarla dejando aquellas radiaciones adecuadas para la terapia que necesitamos, si sabemos el modo de operar de ella.
Ello lo cumple especialmente el agua, ya que la mayor parte del organismo viviente lo forma el agua, con lo que ésta sirve de filtro para ese organismo: si alguna radiación es nociva, ésta será absorbida por ella (y sus sales y cuerpos disueltos), por lo que el organismo normal, saludable, está protegido, quedando expuesta solamente la parte anómala (enferma) del mismo a las radiaciones que llegan; de ahí la terapia de los balnearios, cuya radiación tiene lugar a través del filtro acuoso.
El papel del filtro y toda su doctrina son fundamentales en Alquimia, y es la base de las operaciones de transmutación. A tal respecto, dado que "la vida surgió de las aguas" --se sobreentiende, marinas-- que contienen sales y otros elementos disueltos como H, O, Cl, Na, K, Fe, etc. éstos apantallan la materia viva protegiéndola de la destrucción causada por ciertas radiaciones gamma.
Por eso, si cierto organismo tiene alguna anomalía, fuera de esta protección, ésta será destruída o eliminada, quedando solamente el organismo normal, sano; y esta es la función que cumplen las aguas del balneario y tienen su poder curativo. De ahí que no se pueda utilizar una radiación "mineral" sin filtrar, pues viene acompañada de radiaciones letales para la vida..

10.- La otra fuente de radiación es la celeste, que es la estudiada por la Astrología.
En esta hay una parte que es la de las descargas eléctricas atmosféricas con el rayo y su lugar de caída en el suelo; pero su radiación residual dura poco. Además se trata de "radiaciones parásitas" por así decirlo, y desordenadas, aunque puedan, afectando a alguna parte del organismo, despertar planos profundos, espirituales ó inspirativos: harían así brotar ciertos "recuerdos" genéticos o de otra clase grabados en tales estructuras. Porque la descarga sería para esta estructura profunda como una sacudida en un aparato electrònico: a veces éste se repara solo.
La fuente principal proviene del Sol y del espacio, de radiación diferente, según el proceso y elementos que intervienen en su producción. En Astrología importa especialmente la que proviene de la banda eclíptica, que es en la que se mueven los planetas, porque estos causan su variación, y es la variación o gradiente el que obra en la materia viva, cuya característica principal es el variar.

11.- Visto en conjunto, el espacio está poblado de partículas y cuerpos, desde los electrones, los iones, átomos y moléculas hasta los granos de polvo, meteoritos, cometas y asteroides. Pero no se distribuyen al azar, sino que se acumulan o agrupan los lugares donde sus características "encajan" por la influencia de esos lugares. Allí se distribuyen según los caracteres de los campos electromagnético y gravitatorio, y su acción sobre ellos.
Su densidad es mayor en las galaxias, en las nubes moleculares o de partículas, y más aún en los sistemas solares, en los cuales se da la mayor concentración de ellos generalmente.
En nuestro Sistema Solar así hay una "niebla" de partículas emitidas por el Sol por una parte, y atraídas por la gravitación de todo el Sistema desde el exterior por otra, que absorbe parte de la radiación que también proviene del exterior y nos protege de ella. Esta es absorbida selectivamente por los elementos componentes, y ellos a su vez se estratifican en el sistema solar en el punto de equilibrio entre la atracción gravitatoria centrípeta sobre su masa, y la repulsión centrífuga debida a la presión de la radiación del Sol según su superficie. También el Sol emite radiación gamma con características propias, según su propio metabolismo de los elementos.
El papel de los planetas se observa principalmente en Júpiter, el de mayor masa, que atrae y absorbe los cometas que penetran en el Sistema, defendiendo así la Tierra de su colisión con ellos. Pero incluso pequeños astros como nuestra Luna hacen de pantalla con los meteoritos menores, eficiente por su proximidad a la Tierra, y la frecuencia de su paso sobre el cielo de ésta.

12.- De este modo, la atracción gravitatoria del planeta "limpia" el espacio de esa niebla molecular, meteorítica, etc. que lo rodea, creando una "ventana" en ella que permite así el paso de la radiación gamma que viene del exterior, alcanzando la Tierra.
Esto es especialmente importante en los planetas lejanos, Urano, Neptuno y Plutón, porque parecería que la radiación procedente de ellos no es especialmente importante en cuanto a la luz que
reflejan del Sol, muy débil por su lejanía, tanto que son invisibles para nosoros, y reducida a un punto (cuando astrológicamente se observa en ellos un orbe), sino que hay que considerar el paso que dan a la radiación exterior que puede así alcanzar la Tierra. Son una "ventana" para la radiación de fuera del Sistema.
Pero adviértase que esa radiación exterior, de amplio espectro, es "clasificada" por los sucesivos estratos de las partículas que hay en torno al centro solar, y aquí se ve la razón de los antiguos para hablar de las "esferas planetarias" de sus órbitas pues la "niebla" se estratifica, como hemos dicho, según la relación superficie/masa de las partículas, con lo que éstas difieren en distancia al Sol, y por tanto también la clase de radiación que absorben, y así la "ventana" es una característica de cada planeta.

13.- Pongamos un ejemplo simplificado: ante todo, es lógico que los elementos dominantes en el Universo han de ser los más estables; así lo son el hidrógeno, el carbono y el oxígeno: H 1/1, C 6/12 (más estable), O 8/16.
Si suponemos por un momento el Sistema Planetario envuelto en una "niebla" de oxígeno solamente, en parte emitida por el Sol, las zonas más alejadas del Sistema recibirán del exterior una radiación cósmica gamma más intensa que en el interior, con lo que habrá transmutación: O 8/16 < C 6/12 + He 2/4. Eliminado el He, que no se combina químicamente, lo mismo el O que el C se unirán al ubicuo hidrógeno (protones emitidos por el Sol) formando normalmente H2 O (agua) y C H4 (metano); de ambas moléculas, el agua se estratificará en el interior del Sistema Solar, por su mayor relación molecular masa/superficie y el metano en el exterior por su relación menor.
Puesto que las moléculas, conforme decíamos, son atraídas por los planetas en su "barrido" los planetas interiores (hasta Saturno) contendrán mayor cantidad de agua en su atmósfera y masa líquida, y los exteriores (Urano, Neptuno, Plutón) parte líquida y atmósfera serán de metano. Y esto es lo que se lleva observado hasta el momento.

14.- No hay instrumentos mecánicos suficientemente sensibles para captar muchos de los parámetros de una radiación --que, por otra parte habría que construir y para ello conocerlos previamente--, y en cambio sí hay lo que podemos llamar "sensores biológicos" o biosensores capaces de sintonizar variables de los fenómenos, y así revelarlos para nosotros. Hay seres vivientes, o tejidos y estructuras celulares especializadas en un grupo de frecuencias, que podemos utilizar para conocerlos, y de ellos ha hecho uso la astrología a lo largo de su historia; porque lo más importante de todo el proceso es la observación.
La astrología ha observado así que los planetas y elementos más distantes obran en los planos más profundos, los que causan alteraciones genéticas y moleculares, afectados por las radiaciones más penetrantes y sutiles como hemos visto. Las dolencias causadas por Neptuno son "irremediables" y generales, y la medicina las desconoce y suele tratar solo los síntomas. Plutón se cree que influye en los equilibrios ácido-básicos generales del organismo. En otros casos se trata de problemas psíquicos cuyo origen es profundo, y se desconoce, como los que llevan al enfermo al hospital psiquiátrico, al suicidio o a la cárcel; son alteraciones "demoníacas" por llamarlas de algún modo, que operan en los planos profundos cerca del nivel espiritual, que ignoramos y por eso responden a la afirmación evangélica: "Algunos (demonios) solamente pueden ser expulsados (curar) por la oración y el ayuno".

15.- Cada "ventana" planetaria responde a un tipo de radiación exterior, función de la pantalla de partículas que forman esa "esfera", de ahí la ordenación de las influencias según la distancia del planeta/esfera al centro del Sistema. Esta influencia se distinguirá al máximo cuando lo sea la radiación dominante, es decir, en la zona nocturna y cuando el planeta se halle en Oposición al Sol, con mínima influencia de éste, lo cual sucede, además de medianoche, en invierno del correspondiente hemisferio. Recuérdese que los "espíritus" descienden del cielo en el Solsticio invernal.
Las estructuras más afectadas, siguiendo la idea inicial, son las de máxima transformación en ese momento, es decir, en el hombre o animales, en el momento de nacer, donde se añade el máximo gradiente y labilidad también de la estructura --máxima sensibilidad--. Por otra parte, hay que tener en cuenta también la intervención de la propia atmósfera terrestre, donde los gases y vapor de agua forman de nuevo otra pantalla para las radiaciones cósmicas.
Reuniendo todos los datos anteriores, podremos empezar a investigar el origen de las influencias que contribuyen a la existencia y evolución de los seres vivientes.

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Comentario por BLANCA BUSTAMANTE MARTINO el febrero 27, 2016 a las 3:52pm

Lamento profundamente el fallecimiento de tan eminente maestro.

y me uno para dar a su esposa mi más sentido pésame

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