El pronóstico del cielo para febrero de 2017

http://www.elmundo.es/ciencia/2017/01/29/5888f0c2e5fdeabc758b465e.html

En febrero podemos ver un gran número de estrellas brillantes

Durante la noche del día 10 al 11 tendrá lugar un eclipse penunmbral

29/01/2017 19:29

En el mes de febrero disponemos de unas 13 horas para la observación del cielo nocturno. Ahora en el corazón del invierno en el Hemisferio Norte, cuando los cielos están despejados y las temperaturas son bajas la atmósfera suele estar muy transparente y estable, lo que hace a estas noches óptimas para la observación astronómica. En febrero podemos ver un gran número de estrellas brillantes, tras la puesta de sol las constelaciones de GeminisTaurus Orión dominan el firmamento por el este, mientras que Andrómeda, Perseo, y la W de Casiopea se encuentran por la región cenital.

El día 6 tendremos a nuestro satélite en el perigeo a 368.816 kilómetros de distancia. La luna llena de febrero, que se suele llamar "Luna de las nieves", se alcanzará el día 11 en la constelación de Leo. El día 18 nuestro satélite se encontrará en el apogeo -el punto de su órbita más distante a la Tierra- a 404.914 kilómetros de distancia. Finalmente, el novilunio tendrá lugar el día 26 en Acuario.

En este mes, las dos fases principales de la Luna (la llena y la nueva) vienen acompañadas por dos eclipses. Durante la luna llena, en la noche del día 10 al 11 tendrá lugar un eclipse penumbral de Luna. El fenómeno será visible desde España pero no será muy espectacular. Tan solo cabe esperar una ligera disminución en el brillo de nuestro satélite. En esa noche, Sol,Tierra y Luna se encontrarán en la misma línea recta. La Luna pasará entonces por la zona de penumbra que rodea a la sombra proyectada por nuestro planeta en el espacio. A la 1:45 de la madrugada del día 11 (hora de Madrid) el eclipse alcanzará su máximo con el 98 % del disco lunar sumergido en la penumbra.

El domingo 26, durante el novilunio, tendrá lugar un eclipse anular de sol que será visible en una estrecha franja que atraviesa el Atlántico desde la Patagonia hasta el sur de África. Alrededor de esta franja, en una zona mucho más amplia, el eclipse se verá como parcial. Los eclipses anulares se producen cuando la Luna está demasiado alejada de la Tierra como para enmascarar completamente al Sol. En el eclipse del día 26, el anillo solar se verá muy delgado y la fase de anularidad será muy corta.

Cinco planetas al desnudo

Durante febrero podremos seguir disfrutando de la observación de cinco planetas al ojo desnudo: Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno. El pequeño Mercurio será visible hasta el día 8, al alba por el sudeste, pero como siempre muy bajo sobre el horizonte. En los crepúsculos de los primeros días del mes, por el oeste, podremos ver a Marte y Venus próximos entre sí y el día 1 muy cerca de la luna creciente. Conviene aguzar la vista para distinguir a Marte que ahora se encuentra a unos 280 millones de kilómetros de la Tierra y aparece unas 200 veces menos brillante que Venus. En cambio este último va acercándose estos días a la Tierra y alcanzará su brillo máximo durante este mes. Del martes 14 al jueves 16, al alba por el sudoeste, podremos ver otra bonita estampa cuando la Luna creciente pase entre Júpiter y la estrella Spica, la más brillante de la constelación de Virgo.

El pequeño cometa 45P/Honda-Mrkos-Pajdusakova, que nos visita cada 5,25 años, pasó por su punto más cercano al Sol, el perihelio, el pasado 31 de diciembre. El día 11 de febrero alcanzará su máxima aproximación a la Tierra cuando se encuentre a unos 12 millones de kilómetros de distancia. Su brillo está en el límite de lo que puede apreciar el ojo humano, y el día 11 habrá luna llena, así que será conveniente utilizar unos prismáticos para localizarlo al alba.

Febrero es un buen mes para observar la luz zodiacal. Como su nombre indica, se trata de una franja luminosa que se extiende a lo largo de la banda que contiene las constelaciones del Zodiaco, esto es, el plano de nuestro sistema solar. Esta franja luminosa y difusa está originada por las numerosas partículas de polvo que se encuentran en el plano de nuestro sistema planetario y que dispersan la luz solar. Para observar la luz zodiacal se necesita un cielo muy oscuro, sin contaminación lumínica y sin luna. Hace falta, además, que el plano de la eclíptica forme un ángulo pronunciado con el horizonte, una configuración que, en el Hemisferio Norte, se da en febrero y marzo después del atardecer por el oeste (y en septiembre y octubre antes del amanecer por el este).

Por todo ello, los días alrededor del 26 de febrero serán óptimos para ver la luz zodiacal después del atardecer. Aproximadamente dos horas después de que desaparezca el Sol, si el tiempo y la oscuridad lo permiten, se observará una característica franja difusa que se ensancha en el horizonte. El poeta y astrónomo persa del siglo XI Omar Khayyám se refería a la luz zodiacal en su Rubaiyat como el falso amanecer o como 'la mano izquierda del alba'. Sin duda él tenía muchas menos dificultades para su observación que las que nosotros encontramos en nuestros días.

Rafael Bachiller es director del Observatorio Astronómico Nacional (IGN).

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