Existen muchas explicaciones de los Nodos, especialmente que indican el Karma, o que el Nodo Sur, son las ataduras del pasado de las que hay que desprenderse en esta vida y que el Nodo Norte nos marca la ruta del presente, evolucionando lo que tenemos en el Nodo Sur y llegar al objetivo marcado por el Nodo Norte, pero de las definiciones que màs me gusta es la del Maestro Germàn Rosas, que explica que el Nodo es como un radar que uno tiene, dependiendo en dònde lo tiene y que signo lo tiene. Es decir, que ese radar es como una intuición que no da lugar a uno equivocarse, donde la certeza de algo que llega como un relámpago, donde no interviene nada, ni intención, ni reflexión, es como dice el Maestro al comienzo de su artículo: una intuición primitiva, directa, que no se equivoca, en el presente. El pasado y el futuro no existen, sòlo el PRESENTE.

Aunque los Nodos no son planetas, para su mejor lectura, se les ha dado dignidades por su comportamiento, asì:

Domicilio: Sagitario

Exilio: Gèminis

Exaltaciòn: Acuario

Caìda: Leo

Los invito a confirmar esta teoría en sus propias cartas o en la de sus amigos y publicar los resultados, para beneficio de todos.

SIGNIFICADO ASTROLOGICO DEL NODO LUNAR

(POR GERMAN ROSAS)

En todas las civilizaciones, en una u otra forma, el Nodo Lunar ha sido para todos los seres humanos, el símbolo por excelencia de la intuición primaria, primitiva, acultural, directa. Como tal, expresa la ley de la captación del mundo (o de cualquier parte de èl) sin que intervenga el pensamiento, o la reflexión, ni siquiera la intención. En este sentido, el Nodo Lunar, siempre ha sido asociado a la espontaneidad absoluta, al reflejo perfecto y exacto, a la concentración cabal e inmaculada, a la fluidez del ser que suprime el espacio y el tiempo y que se adelantarà con maestrìa a cualquier fenómeno preso de temporalidad y territorio.

El Nodo Lunar representa la revelación de una naturaleza extraña y poderosa y existente en cada persona, naturaleza que revela la posibilidad de estar siempre adecuado, de no dar cabida al error, de poder, disfrutar en forma permanente de la disolución sujeto – objeto, de ser uno con el blanco (en la terminología màs exterior de los divulgadores del zen).

En mundo donde la experiencia es por lo común dolorosa y conflictiva (debido a la multiplicidad de errores mínimos en forma continua), el Nodo Lunar revela al hombre la capacidad que èl tiene en sì mismo de reducir a cero todo error. En mundo donde el ser humano percibe que el SABER es difícil y la verdad evasiva, el Nodo Lunar le revela al hombre que son los sistemas parcializados los que tornan el saber complejo, los que disfrazan a la verdad de inaccesible, pero que, desechados esos sistemas especializados de conocimiento y hecha la renuncia a obtener la verdad entonces el hombre se da cuenta que èl mismo es la verdad.

La tradición està saturada de llamadas a abandonar las afiebradas búsquedas de la verdad, ella recalca que la verdad es EL PRESENTE, que ni el pasado ni el futuro existen. Mientras permanece memoria e imaginación, el presente es un fragmento inasible de vanidad; pero es en tanto el Nodo Lunar toma su papel, las generadores de ilusiones (pensamiento – memoria – imaginación, etc.) desaparecen quedando únicamente EL PRESENTE conteniendo -como el océano a la espuma en las olas- toda modalidad de Eternidad pensada, imaginada o recordada.

Es en esta línea de percepción que el Nodo Lunar, està asociado al Bulbo Ràquideo, a la musculatura posterior del cuerpo (fundamentalmente la musculatura que sostiene la columna vertebral), a la expiración abdominal profunda, a la asombrosa precisión de los maestros del arte marcial, a los resultados de la concentración como método, a los KOANS de la enseñanza zen en tanto que resueltos y no como anunciados, a la llamarada negra de la iluminación màs no a su proceso, al sentimiento inasesible y sin fin de un Hai-Ku màs no a su forma ni a su sonido, al inmóvil reflejo de la Luna permanentemente en movimiento en las aguas del rìo, a la poesía China de la dinastìa T`ang , al perfecto vacìo que todo lo contiene, a las pinceladas del Tao-Te-King en tanto que ejecutadas y no como significados, a los jardines zen, al permanente abandono en permanente alerta, a todo lo que revela en un relámpago todo lo que es posible saber y sentir, a la ceremonia del Tè japònes como totalidad y no como sucesión de fragmentos, al árbol del chamàn como centro de mundo, a la corazada que atraviesa todo tipo de obstáculos imponiéndose con su certeza a todas las previsiones de las màs rigurosas jornadas lógicas, a toda esa zona del ser que la videncia y telepatía rasguñan en medio de deslumbrantes y agotadores desconciertos, en fin, a todos esos momentos donde el ser y el Ser son uno y donde el hombre comprenden que nunca comenzó su peregrinaje pues “quien sale de su casa ya ha vuelto”. Nodo Lunar Norte

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