Aspectos en astrología. La difícil convivencia de dos modelos teóricos distintos, pero no tanto

Hay dos modelos distintos de relaciones entre planetas conviviendo en la teoría moderna de los aspectos más o menos apaciblemente, porque tienen muchas cosas en común, pero que no pueden dejar de chocar en algunos puntos esenciales, con importantes consecuencias para la interpretación y la investigación.

He desarrollado la parte teórica de este asunto en el artículo:

Aspectos en astrología. La difícil convivencia de dos modelos teóri...

http://astrodigitalia.blogspot.com.es/2014/10/aspectos-en-astrologi... )

y me he centrado en la parte práctica y en la interpretación de casos concretos en este otro:

Aspectos menores de efectos mayores. Una aproximación al armónico 4...

http://astrodigitalia.blogspot.com.es/2014/09/aspectos-menores-de-e... )

Además, para facilitar que ustedes puedan hacer comprobaciones con sus propias cartas natales, Sylvia de Ayala ha tenido la amabilidad de atender mi sugerencia de desarrollar un explorador de series de aspectos asociado a las cartas natales que deseen calcular en Carta Natal online ( http://carta-natal.es/ ).

Ambos artículos van más allá de una simple discusión teórica sobre conceptos preformados aderezada con unos cuantos casos prácticos. Presentan hipótesis completamente nuevas respecto de la naturaleza y la importancia relativa de los aspectos y sobre el comportamiento de los orbes, junto con los datos experimentales que las apoyan. 

Saludos.

Julián



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Comentario por Jesús Navarro Artigas el octubre 10, 2014 a las 5:52pm

Efectivamente, la realidad física y la realidad astrológica no es que no puedan estar desconectadas, es que, necesariamente, han de estar conectadas.Difícilmente podremos comprender la realidad, una realidad encarnada, física, de lo humano, sin hacer referencia a lo físico-astronómico, material, de la astrología.

Otra cosa es la congruencia entre los presupuestos en que cada época fundamenta sus comprensiones de la realidad astrológica y de la realidad física.

EL quid del asunto es cómo conceptualizamos nuestra comprensión de la realidad, del universo.

Desde luego, la comprensión astrológica es, milenariamente, integradora, participativa, inclusiva, sistémica u holística, como se dice últimamente, pero el universo de la física moderna-ilustrada es azaroso, huero y, en lo que se refiere a lo humano, un tanto (más bien, totalmente) esquizofrénico, ya que no hay manera de conectar lo material y lo mental en el pensamiento racionalista-materialista-mecanicista que subyace a tal comprensión.

De ahí es de donde pueden venir los problemas de tratar de ponerlas en conexión: no por la realidad a que hacen referencia, sino por los esquemas conceptuales divergentes en que se vierten.

Por lo demás, si algo hace falta en astrología es investigar rigurosamente y en profundidad.

Si la investigación es cabal y sus resultados se reiteran, todo lo que no encaje con ellos habremos de modificarlo: esas son las reglas del juego.

Sin embargo, en los desarrollos de Addey hay un punto, de partida además, que es, desde su raíz, (al menos a mi entender) problemático: del análisis de una realidad compleja, en su caso de un horóscopo, se obtiene una serie de armónicos (hasta ahí vamos bien), pero resulta que el primer armónico de la serie coincide exactamente con dicha realidad compleja analizada, cosa sorprendente.

Sorprendente, por incongruente con el análisis armónico matemático (series/integrales de Fourier), en el que es la suma de todos los armónicos (infinitos en número, según la teoría) la que coincide con la realidad (forma de onda) compleja analizada, siendo formalmente imposible que cualquiera de los armónicos individuales coincida con ella, pues, en tal caso, sólo existiría aquél con el que coincidiese, no infinito número de ellos.

Además, por razones energéticas, la amplitud/energía de los armónicos tiene a disminuir (no a aumentar) según su número de orden se incrementa, de manera que, en cualquier aplicación práctica (ingeniería) suele ser raro tener que recurrir más allá del armónico 7 ó 9, y muchísimo más raro todavía tener que pasar del armónico 13, ó 15.

Cuando astrólogos tan expertos e históricamente avalados, como Morin de Villefranche, hablan de los recursos necesarios para valorar convenientemente un horóscopo, suelen indicar que es suficiente con los criterios tradicionalmente empleados para lograrlo.

Cuya formalización y sistematización llevó a cabo, por lo demás, el propio Morin.

No digo con eso que con lo que él hizo todo esté hecho, pero 7º 30' por 4 son 30º, por 8 son 60º, por 12 son 90º, etc.

Pero, mezclar posiciones heliocéntricas (buenas para analizar lo que le pasa al Sol) con geocéntricas (horóscopos) tampoco es conceptualmente coherente.

Quizá, mirando bien los temas que has usado en tu investigación y recurriendo en su análisis a, como enseñaba Morin) posiciones, regencias y aspectos (hasta el quincuncio), no sólo a arcos de círculo matemáticamente abstractos, puedan explicarse (no sé si incluso mucho mejor: yo, desde mi experiencia personal, me inclinaría por esta opción) las coincidencias factuales que nos comentas.

Cordiales saludos.

Comentario por Julián García Vara el octubre 10, 2014 a las 3:11pm

Hola de nuevo, Jesús, también para mí es un placer y un honor conversar contigo sobre estos temas.
Concuerdo contigo en que la astrología y la física manejan presupuestos muy diferentes, pero en la medida en que cada una de estas disciplinas nos pone en contacto con aspectos verdaderos de la realidad no pueden ser incompatibles. Es más, no hay astrología sin astros y lo primero que percibimos de estos astros es su presencia como cuerpos físicos. Esto es algo en lo que tú mismo has hecho hincapié en más de una ocasión, por ejemplo en el XIII Congreso Ibérico (1996), donde en referencia a ciertas aportaciones en el campo de las técnicas de pronóstico astrológico lamentabas que:

"no siempre tales aportaciones han hecho la debida referencia a lo físico-astronómico, planteando aproximaciones de base numerológico-simbólica no directamente avaladas por la dinámica de nuestro entorno cósmico inmediato, del que, no debemos olvidarlo, es subsidiario lo astrológico."

También Demetrio Santos se ha esforzado tanto como ha podido en mantener a la astrología lo más cerca posible de la física y su sistema de casas fotoeclípticas es fruto de su idea de que la luz es el vehículo físico a través del cual los astros afectan a los seres vivos y a su entorno.

La "dinámica de nuestro entorno cósmico inmediato" ha sido tomada en consideración en muchas investigaciones sobre fenómenos físicos, biológicos y hasta sociológicos observados en la Tierra, sin que quepa decir que se tratara de astrología. Por ejemplo, los estudios de Arnold Lieber sobre la relación de las fases de la Luna y sus ápsides con las variaciones en el flujo de actividad delictiva en ciertos estados norteamericanos, no caen dentro del campo de la astrología. Pero, dando solo un paso más, mi propia investigación sobre ese mismo asunto (Astrología y delincuencia) sí es propiamente astrológica. La diferencia está en que Lieber mide la correlación de esos factores astronómicos con ciertas oscilaciones en el comportación de la población en general, mientras que en mi enfoque se discrimina cómo afectan los ápsides de la Luna al comportamiento delictivo en función de la posición que el Sol ocupaba en el nacimiento de los delincuentes.

Estudiar de qué manera los ángulos que los planetas forman entre sí en un momento dado afectan la calidad de las transmisiones de radio de onda corta, como hace Nelson, tampoco es hacer directamente astrología, ni sus descubrimientos pueden utilizarse como justificación de nada propiamente astrológico. Pero esto no significa que no podamos aprovechar sus hallazgos para orientar investigaciones astrológicas. Dando unos cuantos pasos más, podemos investigar si los ángulos entre planetas que ocasionan perturbaciones en la ionosfera pueden crear en los individuos que nacen con ellos cierta tendencia a sufrir otro tipo de perturbaciones.


Ya he mencionado que entre esos ángulos aislados por Nelson estaban los múltiplos de 7º 30', pero, no olvidemos este importante detalle: se trata de ángulos heliocéntricos. Anders B. Breivik, el autor de la masacre de la isla de Utoya en 2011, nació en un momento en que Saturno y Plutón formaban un ángulo heliocéntrico que era un múltiplo exacto de 7º 30'. La distancia entre Saturno y Plutón era de 37º 30', (7º 30' x 5) un aspecto de la serie del 48 con orbe 0º 00' que aparece también como conjunción partil en su carta armónica del mismo número (48). Dado el potencial destructivo que la astrología atribuye a estos dos planetas, es un dato inquietante, pero, en principio no tiene por qué tener relación con la masacre. Sin embargo, en el día de la masacre Saturno heliocéntrico transitaba en conjunción exacta sobre su Plutón natal heliocéntrico. Cuando digo exacta no me refiero a que sea partil (exacta dentro de un grado), ni sólo a que sea exacta hasta el minuto de arco. Me refiero a que era exacta hasta los segundos de arco (orbe 0º 00' 00"), circunstancia que sólo se cumplía ese mismo día y dentro de ese día a la misma hora en torno a la cual se produjeron los sucesos. Este detalle es bastante más impresionante, aunque sigue sin ser más que un hecho aislado, pero fue el que me condujo a plantearme que el armónico 48 y sus aspectos asociados (los múltiplos de 7º 30') podían tener más importancia de la que hasta no hace mucho estaba dispuesto a concederle.

Tras caer en la cuenta de que 48 es igual a 3 por 4 al cuadrado, cavilé que esta serie de aspectos debía funcionar de modo parecido a una carta con el doble de cuadraturas que de trígonos o con el cuadrúple de oposiciones que de trígonos, es decir, mucha tensión con algunas válvulas de escape, muchos obstáculos con algunos logros importantes. Pero necesitaba cartas natales que tuvieran estos aspectos para comprobarlo. Lo interesante fue que estas cartas no las hallé buscando entre un gran número de ellas las que tuvieran más aspectos de esta serie sino que mi intuición me encaminó directamente a los personajes cuyo perfil encajaba a priori con la idea que me habia formado de estos aspectos. Y, en efecto, ahí estaban las grandes concentraciones de aspectos múltiplos de 7º 30', en los personajes donde cabía esperar que estuvieran, unas veces en las cartas heliocéntricas, otras en las geocéntricas y otras en ambas. (ver Aspectos menores de efectos mayores. Una aproximación al armónico 4...).

De ahí pasé a tratar de encuadrar todo esto dentro de un marco teórico general y relacionarlo con otros hallazgos, con más o menos fortuna en el otro artículo (Aspectos en astrologia. La difícil convivencia de dos modelos...) y con alguna que otra incursión por terrenos especulativos. Pero las especulaciones no son malas mientras se sepa que son especulaciones, lo malo es presentar una especulación como si fuera un hecho comprobado.

Creo que podemos asumir como uno de los presupuestos de la astrología que todas las cosas están conectadas entre sí. Por eso mismo, la astrología y la física no pueden estar completamente desvinculadas.

Saludos.

Julián.

Comentario por Ana Maria Nuñez Camejo el octubre 10, 2014 a las 1:36am

Gracias Julián por darnos tu información sobre los ASPECTOS, muy importante para nosotros.

Comentario por Jesús Navarro Artigas el octubre 9, 2014 a las 10:04am

Hola, Julián, encantado de comentar contigo sobre estos temas.

La verdad es que los referentes conceptuales de la astrología y los de la física académica son, de suyo, tan incompatibles entre sí que ponerlos en relación, aunque sea metafóricamente, es directamente especulativo y, en consecuencia, delicado (algo así como tratar de mezclar aceite con agua).

Por mucho que Nelson y otros investigadores (Seymour, Dean, Matter y bastantes más) hayan establecido relaciones armónicas en los procesos electromagnéticos solar-terrestres o/y solar-planetarios, tomarlos como fundamento para dar el salto a la teoría armónica de Addey y, más aún, a los desarrollos teóricos posteriores, generalizadores ad infinitum de la misma, es bastante arriesgado, con poco sustento bajo los pies.

Que diferentes procesos respondan a las mismas ecuaciones matemáticas o que se puedan representar de la misma forma gráfica ("ondas", por ejemplo) no significa que, conceptualmente, tengan directamente algo que ver.

Por poner un ejemplo (que quizá no sea el mejor, pero hace referencia a dos procesos por tod@s conocidos), las alteraciones ("ondas") que provoca una piedra en la superficie del agua al caer en un estanque no tienen nada que ver con las evoluciones rítmicas ("ondas") de las mancha solares en la superficie del Sol, aunque todas ellas se puedan representar con las ecuaciones de los patrones cíclicos convencionalmente llamados "ondas".

Cordiales saludos.

Comentario por Julián García Vara el octubre 9, 2014 a las 12:40am

Hola Jesús, gracias por la advertencia.

Desde luego la física no es mi terreno y no debería haberme metido por ahí. De hecho mi plan original no contemplaba ninguna alusión a la relación de Planck ni nada sobre frecuencias, eso fue una ocurrencia de última hora cuando estaba terminando el primero de los dos artículos que escribí, el del armónico 48 y sus aspectos asociados, que aunque aquí lo he presentado en segundo lugar, es anterior en el tiempo de su redacción. 

En el último párrafo de ese artículo se puede leer:

"La relación que la Teoría de Armónicos establece entre los aspectos y los patrones de ondas es, por ahora, bastante especulativa, aunque cuenta con el apoyo empírico de los descubrimientos de Nelson sobre la relación entre los aspectos heliocéntricos y las interferencias en las ondas de radio."

Y a proposito de Nelson escribe Zyp Dobyns:

"Hacia la década de los 70 él había alcanzado una precisión del 90% en sus previsiones, usando todas las divisiones del círculo que eran múltiplos de 7-1/2, 11-1/4 y 18 grados. (...) Nelson llamó “armónicos” a sus “nuevos” aspectos y escribió que al menos uno de ellos debe estar presente junto a los aspectos tradicionales para que se produzca una perturbación importante en la ionosfera."

Este requisito de que al menos uno de estos aspectos menores —por ejemplo, un múltiplo de 7º 30'— deba estar presente para que se produzca una perturbación importante en la ionosfera, junto con el hecho de que las cartas presentadas como ejemplos con abundancia de aspectos de esa misma clase —múltiplos de 7º 30'— se relacionen con logros excepcionales de sus respectivos nativos, me llevó a buscar alguna información sobre ondas que pudiera dar alguna pista de por qué tales aspectos menores pueden alcanzar "efectos" tan notables. Y ahí me tropecé con la relación de Planck, sin caer en la cuenta del importante detalle de que se aplica a nivel subatómico.

En uno de los artículos de divulgación consultados (La teoría de cuerdas. Una breve descripción) aparece esta imagen:


La imagen representa ejemplos de cuerdas cerradas que sustituyen a las partículas subatómicas en la Teoría de Cuerdas. 

Esta otra imagen: 

está tomada del libro de John Addey Harmonics in Astrology, y representa modelos de ciclos-ondas montados sobre el círculo de los aspectos en astrología.

En ambos casos se ha tratado de representar patrones de vibración. Se trata de cosas muy distintas, ya lo sé, pero por aquello del "como arriba así abajo", "como en el todo así en la parte" y otros principios místicos por el estilo nos podemos plantear la posibilidad de que haya algo en los ciclos cósmicos que se comporte de manera similar al modelo de vibración de cuerdas cerradas a nivel subatómico.

En cualquier caso, en ningún momento traté de presentar una explicación física o científica del por qué o el cómo funcionan ciertos aspectos en astrología, sino tan sólo de presentar ciertos propiedades de las ondas como una metáfora de ciertos ritmos del acontecer, del ser y del obrar de los seres humanos aparentemente ligados con ciclos cósmicos y arcos entre planetas. 

De todas formas, trataré de buscar un hueco para revisar los artículos y depurarlos de los errores o malentendidos que puedan contener, teniendo en cuenta tus indicaciones. 

Gracias.

Comentario por Jesús Navarro Artigas el octubre 8, 2014 a las 7:38pm

He estado viendo el artículo sobre los aspectos astrológicos y los dos modelos teóricos que los sustentan y me ha parecido un planteamiento interesante para profundizar en la temática.

Hay, sin emnbargo, transvases conceptuales de la física a la simbología, que no son ni siquiera físicamente defendibles.

Que Planck (estudiando la radiación del cuerpo negro) estableciera su famosa relación entre la frecuencia y la energía, no quiere por eso decir que, a nivel macroscópico, se cumpla tal cual.

Si ese fuera el caso, las radiaciones de los móviles nos freirían en el acto y la red eléctrica sólo nos acariciaría la piel, cosa que evidentemente no sucede (la red eléctrica nos puede electrocutar y las señales de los móviles no nos calientan la piel tanto como para percibirlo), a pesar de que la frecuencia de la red eléctrica está cientos de miles de veces por debajo de la propia de las microondas de la telefonía móvil.

Sucede además que, macroscópicamente, diferentes señales de la misma frecuencia pueden llevar diferente cantidad de energía, porque la clave energética, macroscópica, insisto, está en su amplitud, no en su frecuencia.

Por otra parte, no hay que confundir una partición (sea espacial, sea temporal, simbólica o conceptual) con la existencia de una onda: la guitarra no suena porque tenga trastes (particiones), sino porque una energía (la de una mano, la que pulsa sus cuerdas, y la de otra mano, la que presiona sus trastes) la hace sonar:

Cada partición puede permitir la existencia de una onda diferente, pero no la causa ni la conlleva necesariamente: se requiere energía adicional para establecerla.

En cualquier caso, gracias por la oportunidad que nos da tun trabajo de reflexionar y profundizar en la temática de los aspectos.

Comentario por Lidia Roig Vilaseca el octubre 8, 2014 a las 8:39am

       GRACIAS JULIÀN POR FACILITARNOS EL TRABAJO  EN ESTE SPOT .  SALUDOS

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