DE LOS DESAFÍOS DE CAPRICORNIO y la ayuda de las flores de Bach, Mimulus

[María José Pérez]

En ocasiones, la energía de Capricornio puede convertirse en una autoexigencia tal que es capaz de llegar a hacernos sentir diversos y múltiples miedos. La ansiedad provocada por la necesidad constante de demostrar cuánto sabemos, cuánto podemos, cuánto podemos llegar a ser y lo bien que amamos se convierte en fuente de dolor, ya que mental y emocionalmente nos parece que nunca es bastante, nunca es suficiente, nunca es perfecto y cualquier pequeño error nos produce desánimo y miedos: no podré, no lo lograré, no lo alcanzaré, es imposible, es demasiado difícil, ¡no puedo! Aunque se mezclan en estos estados varias emociones, y por tanto, otras flores, en este momento quiero conectarme con la energía de MIMULUS.

 

Esta pequeña flor amarilla con ese nombre tan tierno, mimosa, me invita en primer lugar y precisamente a lo más importante, mimarme a mi mismo. Con ello se fomenta de esta manera la autoconfianza y la autoestima, para poder pasar del microcosmos, mi pequeño ego, a conectar con el macrocosmos, la Fuente de Energía Universal, confianza en la Vida, en el Espíritu creador de la Vida y del Amor que, en todo momento, sostiene y apoya mis procesos de evolución y crecimiento interior y de realización de mi destino y misión en este bello planeta, la Tierra, que me acoge y proporciona todo lo necesario.

 

Mi experiencia personal con Mimulus ha sido muy física, como corresponde a Capricornio, a quien asociamos en Astrología los límites, el cuerpo físico. Lo primero que esta flor favorece es la eliminación del miedo, activando la vejiga, soltar, liberar, relajar tensión, principio de expansión que neutralizará el exceso de energía que puede ejercer Capricornio, contracción, frío.

   Y así, este color amarillo de Mimulus puede pasar a activar mi plexo solar, centro de poder y de autoexpresión, ayudándome a entrar poco a poco en un estado de serenidad e irradiar lo que realmente soy; permitiendo a la Fuerza que me alimenta y sostiene renovarme y cargarme de coraje y valor. El amarillo es un color que activa la mente. Si los pensamientos positivos que intento arraigar en ella pueden ejercer su poder, todo comienza a ser posible en la realidad y, de hecho, lo es. Lo que pienso se manifiesta.

[maria angelica]

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