El libro conplido en los iudizios de las estrellas. Proemio del libro primero.

El libro conplido en los iudizios de las estrellas.

Proemio del libro primero.




La observación del cielo como escenario de relación entre la Tierra y los astros es una constante en la historia de la humanidad. Ahora bien, sebuscaba solucionar, a partir de dicha observación, aspectos prácticos de la vida humana. En sus inicios, la Astronomía y la Astrología eran una experiencia unitaria, que servia de apoyo al incipiente conocimiento científico.

Así, por ejemplo, los sacerdotes egipcios, 3.000 antes de Jesucristo, podían
conocer las crecidas del Nilo relacionando la salida del Sol con la estrella Sirio.

Asimismo, en España, la pluma de Cervantes hace diversas alusiones a la influencia de los astros, recogiendo en el Capítulo XII su relación con las cosechas lo que aclara Don Quijote diciendo: “Esa ciencia se llama Astrología”.

A partir de N. Copérnico se va produciendo una escisión característica en la
Astrología. Su función predictiva general se va parcelando e incorporand a diversas ciencias como la Climatología, la Hidrología, etc. En cambio, la Astrología Horoscópica queda ciertamente separada de las fuentes científicas.

Precisamente, la obra que José Luis Carrión ha coordinado y dirigido nos permite recobrar un conocimiento astrológico relativamente olvidado dentro de
nuestro patrimonio cultural. Además de considerar su valor intrínseco, dicha obra nos debe llevar a un nuevo y necesario acuerdo entre avance científico y Astrología Horoscópica.

Entiendo que es necesario eliminar tabúes culturales. Por ello, el verdadero científico debe estar abierto a cualquier manifestación del conocimiento humano.
Ahora bien, debe él mismo experimentar para aceptar o rechazar cualquier
teoría.

Sabemos que las partículas de nuestra madre Tierra y en definitiva las de nuestro cuerpo, provienen de procesos alquímicos de millones de estrellas desde hace millones de años. No es pues absurdo aceptar inicialmente, que la vida terrestre haya sido generada por los fuerzas del Universo.

Precisamente el universo más cercano a la Tierra es el sistema solar. Por ello, es plausible suponer que el Sol, la Luna y los planetas, según sea su situación en el cielo, generen, conduzcan y lleven la vida.

Este modelo no se opone a la existencia de un Creador, sino que más bien explica como Él obra. El modelo tiene también una versión predictiva, ya que el sistema solar, aunque idéntico así como cualquier átomo del microcosmos, varía a
lo largo del tiempo en su visión relativa desde la tierra, lo que se
supone que conduce y lleva la vida.

Entendemos pues, que es necesario un mayor acercamiento al injustamente arrinconado conocimiento astrológico, para lo que representa una valiosa aportación la obra que nos presenta el equipo coordinado por José Luis Carrión.

J. Jesús Lidón Campillo
Catedrático de Universidad


Tener ante sí la reedición de una obra milenaria es un acontecimiento de rara frecuencia.

Semejante hecho cobra singular relevancia cuando esa obra recoge y profundiza una tradición de hondas raíces, haciéndose venero de siglos precedentes, para acercar hasta nosotros fuentes del antiquísimo saber astrológico de otro modo difícilmente accesibles.

Si, además, dicha obra atesora haber sido, en su tiempo, modélica entre las de su género y haberse constituido en texto imprescindible durante siglos, forzoso es congratularnos de hallarla de nuevo en nuestras manos.

Finalmente, sólo cabe aplaudir tan encomiable iniciativa y felicitar tan esforzado empeño de recuperación histórica, cultural y astrológica, al constatar que, recogiendo el testigo, siete siglos atrás, directamente de la Escuela de Traductores de Toledo del Rey Sabio, se nos presenta la obra completa (en inexcusable homenaje al "conplido" de su título), en sus ocho libros, y vertida (como entonces) al lenguaje común de la época en que se edita.

Sin embargo, los presupuestos de la cultura dominante en nuestros días, así como los derroteros por los que pretende conducirnos, distan mucho de hallarse en sintonía con los propios del siglo que nos da el relevo.

Por aquel entonces, astrología era sinónimo de ciencia de alto nivel, de punta de lanza en el avance del conocimiento científico, de la comprensión del hombre y de su lugar en el Universo, todo ello desde la percepción de una interdependencia armonizadora entre uno y otro, entre macrocosmos y microcosmos.

Luego, el positivismo racionalista trajo consigo la ruptura de esa ligazón y acabó generando la ortodoxia denuestro presente cultural, transmutando la imagen de lo astrológico y etiquetando sus saberes de supersticiosos o pseudocientíficos.

Este corte del cordón umbilical de la Humanidad con su matriz cósmica, conceptualmente liberador, ha conllevado, empero, un desarraigo existencial del que puede ayudar a rescatarnos lo más genuino del acervo astrológico. No para retrotraernos a pasadas e irrepetibles dependencias, sino para reconducirnos a una comprensión más lúcida y garante de un mayor y, sobre todo, más armonioso crecimiento.

Esta obra de Alí ben Ragel a la que damos prólogo bien podría servir de referencia para ello, ya que nos acerca al espíritu de apertura, colaboración y respeto que hizo posible su primera versión al castellano, en una confluencia de esfuerzos, de tendencias astrológicas y de diversidades culturales muy alejada de los protagonismos personalistas y de escuela, que tanto fragmentan y contraponen hoy los distintos planteamientos astrológicos (y también científicos). Así mismo,
nos remite al interés y la necesidad de, por una parte, dejarnos cuestionar por los conocimientos de la época, de nuestra época, y, por otra, al imperativo de aportar, con rigor y determinación, a la cultura del momento, de nuevo el nuestro, lo más genuino y mejor del tesoro astrológico.

Todo esto exige y conlleva la disponibilidad a la crítica, al contraste y a la depuración de los métodos y modelos astrológicos (y científicos) desde referencias externas, no sólo ni exclusivamente internas, así como la receptividad suficiente a un nutrido conjunto de elementos culturales y epistemológicos de nuestra época que, en sinergia con las fuentes tradicionales, pueden ayudar a desarrollar y profundizar coherentemente la perspectiva de la interacción hombre-Universo.

Tan erróneo sería resistirse al futuro, pretendiendo ahondar, o mantener siquiera, los profundos abismos que el academicismo reduccionista ha excavado frente a lo astrológico, como, amén de ingenuo, pretender la vuelta atrás, defendiendo una posición de mera dependencia evolutiva del hombre frente al cosmos: cuando el cordón umbilical se corta, no procede sino la andadura de progresiva madurez y autonomía, de crecimiento independiente, a la vez que enraizado y, por lo mismo, solidario.

El necesario camino hacia la síntesis comienza, afortunadamente, a ser transitado, siquiera de manera incipiente, pero válida. Así lo atestiguan, por un lado, los nuevos planteamientos científicos de tipo interactivo, sistémico, globalizador, sobre la realidad en que vivimos, que guardan cierta afinidad con las
tesis astrológicas, o al menos orientan hacia ellas. Mientras, por otro lado, crece el número de investigaciones astrológicas llevadas a cabo según los cánones del método científico, lo que va permitiendo afianzar determinados asertos del correspondiente cuerpo de doctrina tradicional a los ojos de nuestra cultura.

Esta doble vía de convergencia, que debemos a todas luces potenciar, habrá de conducirnos a un consenso, hoy de difícil atisbo, a través del cual reencontremos nuestro arraigo cósmico, sin por ello perder la autonomía conquistada. Lo cual exigirá, sin duda, el redescubrimiento, desde nuevas perspectivas, de que el hombre no es ajeno a las dinámicas de su entorno cósmico, y el reconocimiento de que éste, a través de los rasgos y ritmos que le son propios, nos aporta elementos de toma de conciencia inexcusables, que devienen tanto menos cohercitivos, en lo personal y en lo social, cuanto más fielmente se percibe que el destino del Universo está escrito en el corazón del hombre, y no a la inversa.

Zaragoza, Enero de 1997

Jesús Navarro Artigas

Catedrático de Universidad


Y este primer libro está dividido en VI partes.

En la primera parte se habla de cuantas cosas son necesarias saber en los juicios antes de que llegue el hombre a la cuestión, y hay en ella once capítulos.

En la segunda parte se habla del ascendente, que es la primera casa de las XII, y de las cuestiones que en esta casa acaecen, y hay en ella XII capítulos.

En la tercera parte de este libro primero se habla de la segunda casa y de sus cuestiones, y hay en ella tres capítulos.

En la cuarta parte se habla de la tercera casa y de sus cuestiones, y hay en ella
cuatro capítulos.

En la quinta parte se habla de la cuarta casa y de sus cuestiones, y hay en ella IX
capítulos.

En la sexta parte de este libro primero se habla de la quinta casa y de sus
cuestiones, y hay en ella XXI capítulos. Suma de los capítulos de este libro LX.

Este es el libro completo de los juicios de las estrellas, el que compuso Alí Aben Ragel, el notario. Y está dividido
en VIII partes.

Y en la primera parte hay LX capítulos.


El primer capítulo de la primera parte habla de las diferencias de los signos.
El segundo capítulo habla de los términos.

El tercer capítulo habla de las fazes. (division del signo por 10 grados)

El cuarto capítulo habla de las naturaleza de los planetas.

El quinto capítulo habla de generalidades y de demandas y que el cielo tiene fortuna
e infortuna.

El sexto capítulo habla de aforismos y de reglas.

El VIIº capítulo habla de la hora de tomar el ascendente.

(1d) El VIIIº capítulo habla de cuanto dura el significado de la cuestión.

El noveno capítulo habla de conocer almubtez (3), que es significador de la cuestión y de quien la demanda.

El Xº capítulo habla de conocer almubtez (3) de la conjunción y de la oposición.

El XIº capítulo en saber el pensamiento del demandante y, si fueren muchos, todos.

Los capítulos de la. II.ª parte de este libro primero

EL XIIº capítulo habla del ascendente y de cuantas cuestiones hay en él.

EL XIIIº capítulo habla de saber la vida del hombre por la cuestión.

El XIIIIº capítulo habla de saber el mejoramiento del cuerpo y su dañamiento.

El XVº capítulo habla de el hombre que quiere ir a otro hombre, si lo hallará ó no.

El XVIº capítulo habla de el asentamiento en la casa.

El XVIIº capítulo habla de que voluntad tiene el que entra a tí.

El XVIIIº capítulo habla de la sospecha, si es verdadera o falsa.

El XIXº capítulo habla de saber la salud de la vista y el oído.

El XXº capítulo habla de alguna cosa estimada, cuando será su bien o su mal.

El XXIº capítulo habla de saber alguna cosa, si ocurrirá o no ocurrirá.

El XXIIº capítulo habla de la confianza y del temor.

El XXIIIº capítulo habla del deshacimiento de las cosas, esto es del ascendente.

Estos son los capítulos de la tercera parte de este libro primero.

(2a)El XXIIIIº capítulo habla de la casa segunda y de las cuestiones que son propias de ella.

EL XXVº capítulo habla de en qué tiempo se ganan los haberes.

El XXVIº capítulo habla de demandar los dones.


Estos son los capítulos de la cuarta parte de este libro primero.

El XXVIIº capítulo habla de la casa tercera y de las demandas que son propias de ella.

El XXVIIIº capítulo habla de hacer demanda por el hermano y las cuestiones que se tienen con él.

El XXIXº capítulo habla de saber el que te viene a aconsejar, si es leal en aquél consejo o si te viene con engaño.

El XXXº capítulo habla de saber si son verdaderas las noticias o mentirosas.


Estos son los capítulos de la quinta parte de este libro primero.

El XXXIº capítulo habla de la casa cuarta y de sus cuestiones

El XXXIIº capítulo habla de la demanda por tierra de labrantío o por casa o por heredad, si la habrá o no.

El XXXIIIº capítulo habla de saber cuanto es el precio de la heredad.

El XXXIIIIº capítulo habla de saber si habrá provecho de la heredad o no.

El XXXVº capítulo habla de en que tiempo se deben comprar las heredades.

El XXXVIº capítulo habla de alquilar heredades y de labrarlas por soldada (4) y en alquilar las moradas.

El XXXVIIº capítulo habla de saber de las (2b) plantas y de las siembras si serán buenas.

El XXXVIIIº capítulo habla de las aguas y de las acequias para regar.

El XXXIXº capítulo habla de los tesoros y de las cosas metidas bajo tierra.

Estos son los capítulos de la sexta parte de este libro primero.

El XLº capítulo habla de la casa quinta y de las cuestiones que son propias de ella.

El XLI capítulo habla de la demanda por el hijo, si tendrá hijo o no.

El XLIIº capítulo habla de la demanda por la mujer, si está preñada o no.

El XLIIIº capítulo habla de si se completará aquella preñez o no.

El XLIIIIº capítulo habla de saber de la mujer preñada si tiene uno o dos.

El XLVº capítulo habla de la preñez de la mujer, si es antigua o nueva.

El XLVIº capítulo habla de saber de la preñez, si es de macho o de hembra.

El XLVIIº capítulo habla de en que tiempo será el parto.

El XLVIIIº capítulo habla de saber si será el parto de día o de noche.

El XLIXº capítulo habla de la demanda por el hijo y de sus cualidades.

El Lº capítulo habla de saber de los mandaderos (5) y de lo que se tiene con ellos.

El LIº capítulo habla de los convites para comer.

(2c) El LIIº capítulo habla de las cartas y de los mensajeros.

El LIIIº capítulo habla de saber si vienen las cartas.

El LIIIIº capítulo habla de saber qué viene en la carta.

El LVº capítulo habla de saber si sellaron la carta o no.

El LVIº capítulo habla de saber si vienen los mensajeros.

El LVIIº capítulo habla del mensajero, si trae recado o no.

El LVIIIº capítulo habla de saber el resumen de la carta.

El LIXº capítulo habla de los hombres que están invitados, cuales vendrán de ellos y cuales no.

El LXº capítulo habla de saber si vendrán los hombres por los que se envío o no.

(1) Ladinos: Término que se aplicó en la Edad Media , por oposición al árabe , al lenguaje romance o castellano antiguo y al moro que lo sabía hablar;
también a la obra escrita en lenguaje más culto y comparable al latín.

(2) Alhaquín: entre los musulmanes doctor ó sabio en la ley del corán. En castellano antiguo: sabio.

(3) Almubtez: medida árabe de áridos. Almud en castellano.

(4) Soldada: derivado de "sueldo", antiguamente sueldo correspondiente a cierto período, por ejemplo, a un mes.

(5) Mandadero: recadero. (5) Mandadero: recadero.



http://www.gracentro.com/librocunplido/



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Comentario por Catalina Antón Pérez el noviembre 11, 2010 a las 6:52am
Hola
También cuento con las dos colecciones completas, las de Gracentro y la de Sirventa. Es un gran trabajoel que han hecho y un verdadero placer el tener la oportunidad de tener acceso a obras tan antiguas.
Gracias
Comentario por emilia olga ghirlanda el noviembre 10, 2010 a las 4:43pm
Una maravilla que hayan tenido esta iniciativa. Cuento con la colección completa y acercarme esta posibilidad de análisis me parece sensacional. Abrazos mil para todos.
Comentario por Aura Josefina Alezones Gutierrez el noviembre 9, 2010 a las 9:50pm
Excelente los felicito por ese arduo trabajo, tal vez con el tiempo pueda estar a disposición de todos en la red
Comentario por Adriana Griselda Mior el noviembre 9, 2010 a las 4:34pm
HOLA JOSE LUIS, ME PDRÍAS PASAR EL PRECIO A MI MAIL POR LOS OCHO LOBROS? GRACIAS!!!

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