John Dee: El último hombre que habló con los ángeles

[Jose Luis Carrion Bolumar]

Erudito, astrólogo y ocultista, John Dee fue el último hombre de occidente que entabló contacto directo con los ángeles. Lo hizo a través de unas piedras que, unidas, emanaban una serie de fuerzas que entablaban relación con aquellos seres superiores a los hombres.

Si alguien ha leído la novela "El ángel perdido", del escritor Javier Sierra, seguro que ha reparado especial atención en una de las referencias que más presencia tienen a lo largo de la novela, el astrólogo John Dee, alquimista y asesor "espiritual" de la Reina Isabel I de Inglaterra. En este trabajo, el escritor nos habla también de los mitos antediluvianos, de aspectos que enlazan culturas y mitos, del gran Diluvio Universal y de Noé, del Camino de Santiago y su significado primitivo para los peregrinos,  y de unos seres a los que la cultura popular ha dado alas pero que, en realidad, podrían campar entre nosotros sin llamar demasiado la atención: los ángeles. Pero más allá de la novela, de esas 72 horas de infarto en las que una joven restauradora emprende una aventura que le lleva de la Catedral de Santiago al monte Ararat, en Turquía. La joven también entrará en contacto con unas piedras mágicas, las adamantas, que tienen el don de servir como puente de contacto entre los humanos y los ángeles, seres divinos que pueden darle pistas sobre el presente y el futuro de la humanidad y de la Tierra. Es aquí donde cobra más importancia en la trama la figura de John Dee. 

ARTICULO COMPLETO PICAR AQUÍ MAS ABAJO

http://www.yamelose.com/historia/el-astrologo-de-la-reina-hablaba-c...

[Giovanni Londoño Romero]

Hola Gonzalo Romero saludos

Podrias por favor dejarme conocer los datos natales que usas para levantar la carta de John Dee. Desde ya mil gracias.

Giovanny

[Pablo Santiago]

el heptagrama hermoso mandala

[Gonzalo Romero]

Es verdad que John Dee quería comunicarse con los ángeles. Esto está simbolizado en su carta natal en Urano en la Casa VII, en Géminis, que está conjunto a su Nodo Sur. Sin embargo, también es cierto que, por distintas razones, durante muchas vidas abrigó deseos de tener poder mundano. De ahí sus contribuciones a la ciencia de la navegación al servicio de la corona inglesa, su promoción de las empresas de descubrimiento y conquista y sus ambiguas relaciones con los poderosos en función de sus propios deseos. Esto está simbolizado en su Plutón en Capricornio en la Casa II, en cuadratura con Saturno en la Casa V en Tauro. Una razón por la cual quería comunicarse con los ángeles se basaba, por supuesto, en sus deseos de tener conocimiento, a fin de tener poder y riqueza: la combinación de estos mismos símbolos. Debido a este tipo de deseos, que implicaba aceptar someterse a las formas de ser del consenso, y de los poderosos, dentro de ese tipo de sociedad, y a los tipos de familia represiva a través de los cuales nació en función de estos deseos, su conciencia estaba básicamente desconectada de sus emociones y de su sensibilidad: el mismo Plutón/Ceres en la Casa II en Capricornio, con la Luna en Acuario en la Casa II, que rige a Mercurio en la Casa VII en Cáncer, el regente de su Nodo Sur en Géminis; y Venus en Virgo, regente de la Casa X. De esta forma, no era posible para Dee realmente comunicarse con los ángeles. Por esto es que, para comunicarse con los ángeles, eligió recurrir a otra persona (el Nodo Sur en la Casa VII en Géminis): Edward Kelly, e hizo todo lo posible para valerse de las supuestas capacidades de Kelly, incluyendo aceptar que éste se acostara con su esposa. Y por las mismas razones de desconexión consigo mismo, su incapacidad para escucharse interiormente, y por subordinar su naturaleza emocional a sus deseos de tener poder egocéntrico, no tuvo la capacidad para "saber" si era verdad que Edward Kelly podía ayudarlo: fue engañado por Kelly, quien lo engañó debido a sus propias ambiciones, que reflejaban las ambiciones de Dee. De esta forma, Dee recreó traumas de vidas pasadas ligados a estas dinámicas (Urano conjunto al Nodo Sur en la Casa VII, en inconjunción con Marte en Escorpio en la Casa XII).