La analogía del Sol y del Bien en Platón. (U otra razón para desconfiar del racionalismo).

En el libro VI de la República [1], Platón dice: "El Sol es el retoño del Bien, que el Bien ha engendrado como su análogo: lo que el Bien es en el medio inteligible con respecto a la inteligencia y a los objetos inteligibles, el Sol lo es exactamente en el medio visible, con respecto a la vista y a los objetos visibles". Y lo explica más claramente cuando dice: "Cada vez que observan los objetos cuyos colores no están iluminados por la luz del día sino por el resplandor oscuro de la noche, los ojos se debilitan y parecen ojos de ciego, como si hubieran perdido la pureza de la vista. Al contrario, cuando miran objetos iluminados por la luz del sol, ven claramente, y la presencia de la vista en ellos se manifiesta. [Hay que concebir] de igual forma la visión del alma: cuando la verdad y el ser vierten su luz sobre un objeto, cuando se posa sobre él esta visión, el alma lo conoce y lo comprende, y resulta entonces evidente que posee una inteligencia; pero cuando el alma observa las cosas oscuras, lo que nace y perece, solo es capaz de tener una opinion, su facultad se debilita y pasa de una opinion a otra y parece desprovista de inteligencia". A continuación, concluye: "Lo que procura verdad a los objetos conocibles y que confiere al sujeto conocedor su capacidad es la Idea del Bien".

Encontramos referencias a esta analogía en Jámblico y otros neoplatonicos, y más tarde, ya en el renacimiento, Marsilio Ficino dedica toda una obra suya precisamente a esta analogía. En De Sole[2], Ficino dice, por ejemplo: "Nada se asemeja tanto a la naturaleza de la Bondad Divina como la Luz" , o también: "la Luz del Sol se asemeja a la Bondad en sí, que llamamos Dios". En esta obra Ficino habla de Bondad en vez de Bien, pero da unas explicaciones prácticamente idénticas a las de Platón.  S orprende encontrar paralelismos tan ajustados con el pensamiento de la Antigüedad Clásica en una época tan tardía como el Renacimiento, y en un libro eminentemente astrologico escrito en el seno de la iglesia, para más INRI.

Hablando de INRI, quizás esta analogia sea una de las razones por las que los primeros cristianos eligieron la imagen de Apolo para representar a Cristo, en tiempo de las persecuciones.

En realidad, la analogía entre la inteligencia y la luz es muy, muy antigua, tanto como el hombre y tanto como la astrología, que en principio no es más que la aplicación predictiva de este modo de pensar. El hombre paleolítico, nómada, siempre tuvo sobre sí los cielos y estableció esta manera de pensar. Igual que durante la noche aparecen las estrellas, como filtraciones de luz a través de orificios en una banda oscura que es el firmamento, así en nuestra inteligencia se encuentra una banda oscura a través de la cual se filtran las intuiciones, las Ideas inspiradas. Esta banda oscura es la memoria, que el hombre se ha encargado de ordenar para poder recordar lo que hay más allá. Con todas las matizaciones, opiniones, discusiones y tendencias varias que haya habido durante milenios, sin embargo este pensamiento analógico no se abandonó hasta el racionalismo en el siglo XVIII. Y es que el dar prioridad a la razón es prescindir de la inteligencia, tal como explica Platón, cuando establece los cuatro niveles del alma (la mente) humana: ilusión, convicción, razón e inteligencia. Las cuatro son necesarias, pero esta última es la única que accede a los objetos a partir de su principio, de su Forma. El mundo inteligible tiene prioridad sobre el visible (el Bien engendra al Sol como su análogo y no al revés). Con la razón sólo se puede analizar y abstraer "lo que nace y perece", que para Platón es como los objetos poco iluminados durante la noche, dando lugar nada más que a opiniones, pero no a una comprensión profunda. Prueba de ello es la ciencia actual: hoy descubren algo, enuncian una ley física o química tras las pruebas de laboratorio de rigor y al cabo de un tiempo... sorpresa! se habían equivocado, un laboratorio chino ha demostrado lo contrario, y así sucesivamente. Así pues, para comprender lo esencial es necesaria la inteligencia.

 

[1] Platon, La Republica, Libro VI 506-511, traduccion de M. Dixsaut. Ed. Bordas.

[2] Marsilio Ficino, De Sole, traduccion de Conchita Morera y Mariano Aladrén. Este libro tiene un contenido astrologico esencial.

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Comentario por Mario Fabiano Rebollo el junio 22, 2012 a las 8:12pm

la palabra inri es la numero 18 del exoterismo que se creia perdida, IGNI NATUR RENOVATUR INTEGRA,TODO SE RENUEVA POR EL FUEGO NATURAL.muy buen articulo.

Comentario por QUIQUE BÉRNIZ el junio 20, 2012 a las 12:06pm

Muy interesante. Enhorabuena.

Comentario por rafael david el junio 20, 2012 a las 9:27am

Gracias por la aportación muy buena: podemos decir  tal vez mediante una apresurada formulación: Hemisferio Izquierdo= Razón. Hemisferio Derecho= Alma. Rafael David.

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