MARTE EN SAGITARIO
                                ASTROLOGÍA CABALÍSTICA

     Marte ha entrado en Sagitario, y haciendo sus correspondientes retrogradaciones, estará ocupando este signo hasta finales de septiembre de 2016, lo que significa tiempo de impulso y autoafirmación para los tres signos de fuego en general y Sagitario en particular, condimentado con los momentos de parón y autoevaluación cuando cambie su sentido y dé marcha atrás. A estas alturas todos hemos visto ya trabajos en los que se analizan los significados del tránsito en astrología mundana, con los que estoy de acuerdo, y que son absolutamente correctos, por lo que, por ampliar un poco el asunto, querría exponer el tránsito desde un punto de vista más espiritual, para lo cual debemos transportarlo al Árbol de Cábala.

     Desde su regencia Gueburah (Escorpio) Marte se traslada a Hesed (Sagitario) lo que activa el Sendero Nº 19 del Árbol.

Sendero nº: 19

Nombre de Sendero: La Fuerza

Arcana nº: XI

Nombre místico: Hija de la Espada Flameante. Conductora del León

Letra hebrea: Teth (serpiente)

Signo asociado: Leo

Texto Yetzirático: “el decimonoveno sendero es llamado la inteligencia del secreto de todas las actividades espirituales, y es llamado así por la influencia difundida por ella desde la gloria sublime más alta y exaltada”

“Caminos Espirituales” J. A. Portela

     La imagen representa a una mujer que, en actitud tranquila y sin temor, parece dominar a un poderoso león introduciendo sus manos entre sus fauces. Representa a la mente subconsciente que está más allá del bien y del mal, de lo correcto o lo incorrecto, (por eso su expresión de indiferencia) y que bajo las órdenes de la mente autoconsciente señalada por la extraña forma de su sombrero, que recuerda el símbolo del infinito, maneja a las “fuerzas universales creativas” representadas por el león, al igual que por el signo zodiacal de Leo, al que la imagen está asociada.

     La cabeza del león se apoya sobre su vientre o zona sexual, su segundo Chakra, pues es ése el punto donde se originan y residen precisamente las potencias creadoras universales, Que no sólo son el sexo, aunque éste es quizá el más obvio, sino todos esos impulsos y deseos que las religiones tanto se han esforzado en hacernos temer y rechazar, y que pueden resumirse en los llamados “siete pecados capitales”: soberbia, envidia, avaricia, ira, lujuria, gula y pereza”. Es nuestra “zona de sombra” cuando la vemos como si se tratara de nuestro enemigo, y también nuestra máxima capacidad creadora, cuando somos capaces de integrarla en nuestra consciencia y nuestra psique, como enseña el auténtico conocimiento esotérico y la verdadera espiritualidad. Y éso es precisamente lo que está ahora haciendo Marte, el mantener abierto y activo el Sendero nº 19, La Fuerza.

      En una versión más moderna de la misma imagen seguimos viendo a la mujer acariciar sin temor las fauces del león, y observamos que el arreglo floral que forma el collar del animal está unido y es el mismo que forma el cinturón de la mujer, indicándonos así que ambos “son uno”. Que son la misma cosa y que todo eso que tanto nos ha asustado de nosotros mismos, no debemos rechazarlo, sino todo lo contrario. Que ni siquiera debemos intentar perdonarnos, puesto que no hay nada que perdonar, salvo nuestra ignorancia. Que cuando somos capaces de dejar de vernos como pequeños monstruos, débiles y vulnerables, avergonzados de sí mismos, y aceptamos que esos impulsos y deseos foman parte de nuestra naturaleza más auténtica y espiritual, es cuando realmente somos capaces de acceder a nuestro verdadero potencial como seres creativos o, como ahora está más de moda decir, “cocreadores” de nuestra realidad.

      En otra versión, aún más moderna, de la imagen, la mujer ahora desnuda, puesto que no tiene nada de qué avergonzarse, se deja pasear (esto es un decir, puesto que vemos que su mano sujeta fírmemente las riedas) por un extraño león de siete cabezas (los siete impulsos vitales) en actitud entre lángida y voluptuosa.

     Crowley cambió el nombre de la imagen y la llamo La Lujuria. (Bueno, así era Crowley). Pero en cualquier caso, no debemos entender lujuria como ese feo vicio que puede llegar a aprisionarnos y destruirnos, sino como el resumen de la manifestación de nuestros más genuinos impulsos creativos.

     El león se pasea por lo que pretende ser un campo lleno de despojos de personajes eclesiásticos, animándonos a superar las falsas creencias que desde siempre han intentado imponernos personajes supuestamente santos, mientras la otra mano de la mujer acaricia “El Grial”, punto del que nace La Luz y la vida en sus distintas manifestaciones.

     Pues bien, mientras dure el tránsito, Marte mantendrá abierto y activo el sendero, siendo por tanto un tiempo de lo más propicio para la reflexión y el autoconocimiento. Para superar nuestras vergüenzas y temores, profundamente instalados en lo más recóndito de nuestra psique. En los momentos en que Marte retrograda y cambia de dirección, también el sendero cambia de sentido, entregando a Gueburah (Escorpio) material de deshecho para su reciclaje y transmutación. Para iluminar nuestra “sombra”. Para entender que, pese a lo que se empeñen en enseñarnos, somos seres espirituales. Que todos esos impulsos que nos empequeñecen y acobardan son en relidad nuestra herencia más sagrada. Las herramientas que han de permitirnos llegar a ser Éso a lo que siempre estuvimos destinados. Recordemos: Marte limpia y Sagitario eleva.

Pedro Jiménez Sanmillán

LAUS DEO

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