Hola a tod@s,  No suelo inmiscuirme en cuestiones que no me afectan, pero he leído aquí expresiones como "QUE REVIENTEN.." del Sr. Tiebach, refiriéndose a otros compañeros del foro y ofensas a otras  personas que con buena fe se asoman a está página para aprender y casi siempre por los mismos componentes  de un "grupo" que no son llamados en los comentarios... Con aciertos o sin aciertos, ESTO ES UN FORO y tenemos que admitir el DEBATE PÚBLICO con RESPETO, en beneficio de los que estamos contribuyendo con nuestro trabajo, mejor o peor, pero siempre con afán de colaborar y creo que con la intención a engrandecer la ASTROLOGÍA. He notado aquí muchos EGOS EXACERBADOS.  Si queremos que esta página sea un ejemplo de como se debe estudiar y practicar la astrología, debemos de ser humildes y reconocer nuestros errores y si es PRECISO APRENDER DE LOS DEMÁS.

Gracias.

Un saludo

Vicente Rausell      

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Comentario por Vicente Rausell Lillo el marzo 17, 2013 a las 5:16pm

Muy bueno, muy bueno Mª Ysabel. Que gozo leerte y las enseñanzas que envías.Gracias.

Un abrazo

Vicente

Comentario por Mª YSABEL el marzo 17, 2013 a las 4:31pm

       ¡Hola Vicente! Leyendo tu escrito sobre "Egos Exacerbados"..., me acordé de un antiguo cuento de Awad Afifi, el tunecino, aquí lo pongo: 

El cuento de las arenas

       Un río, desde sus orígenes en lejanas montañas, después de pasar a través de toda clase y trazado de campiñas, al fin alcanzó las arenas del desierto. Del mismo modo que había sorteado todos los otros obstáculos, el río trató de atravesar este último, pero se dio cuenta de que sus aguas desaparecían en las arenas tan pronto llegaba a éstas.

       Estaba convencido, no obstante, de que su destino era cruzar este desierto y sin embargo, no había manera. Entonces una recóndita voz, que venía desde el desierto mismo le susurró:

"El Viento cruza el desierto y así puede hacerlo el río".

       El río objetó que se estaba estrellando contra las arenas y solamente conseguía ser absorbido, que el viento podía volar y ésa era la razón por la cual podía cruzar el desierto.

"Arrojándote con violencia como lo vienes haciendo no lograrás cruzarlo. Desaparecerás o te convertirás en un pantano. Debes permitir que el viento te lleve hacia tu destino"

-¿Pero cómo esto podrá suceder?

"Consintiendo en ser absorbido por el viento".

       Esta idea no era aceptable para el río. Después de todo él nunca había sido absorbido antes. No quería perder su individualidad. "¿Y, una vez perdida ésta, cómo puede uno saber si podrá recuperarla alguna vez?" "El viento", dijeron las arenas, "cumple esa función. Eleva el agua, la transporta sobre el desierto y luego la deja caer. Cayendo como lluvia, el agua nuevamente se vuelve río"

-¿Cómo puedo saber que esto es verdad?

"Así es, y si tú no lo crees, no te volverás más que un pantano y aún eso tomaría muchos, pero muchos años; y un pantano, ciertamente no es la misma cosa que un río."

-¿Pero no puedo seguir siendo el mismo río que ahora soy?

"Tú no puedes en ningún caso permanecer así", continuó la voz. "Tu parte esencial es transportada y forma un río nuevamente. Eres llamado así, aún hoy, porque no sabes qué parte tuya es la esencial."

      Cuando oyó esto, ciertos ecos comenzaron a resonar en los pensamientos del río. Vagamente, recordó un estado en el cual él, o una parte de él ¿cuál sería?, había sido transportado en los brazos del viento. También recordó --¿o le pareció?-- que eso era lo que realmente debía hacer, aún cuando no fuera lo más obvio. Y el río elevó sus vapores en los acogedores brazos del viento, que gentil y fácilmente lo llevó hacia arriba y a lo lejos, dejándolo caer suavemente tan pronto hubieron alcanzado la cima de una montaña, muchas pero muchas millas más lejos. Y porque había tenido sus dudas, el río pudo recordar y registrar más firmemente en su mente, los detalles de la experiencia. Reflexionó: "Sí, ahora conozco mi verdadera identidad". El río estaba aprendiendo pero las arenas susurraron: "Nosotras conocemos, porque vemos suceder esto día tras día, y porque nosotras las arenas, nos extendemos por todo el camino que va desde las orillas del río hasta la montaña"

       Y es por eso que se dice que el camino en el cual el Río de la Vida ha de continuar su travesía está escrito en las Arenas.

       ¡Un abrazo Vicente!.

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